jueves, 29 de marzo de 2007

BALLET DE AMOR

Escribe: Antonio Escobar Mendìvez

Enero,
pajarito asustado
picando el corazón alocado de la noche,
balada dulce deslizándose en mi manos,
farolillo,
ojo amarillo tiritando de amor
y de frío,
ebrio de luz crocante
chisporroteando afecto;
castaños hilos jugando entre mis dedos,
enredando la vida,
zurciendo con tus ojos,
mi mirada triste
a tu ternura.

Enjambre de palabras,
haciendo pedestal
para el cariño,
cúmulo de días felices, sonrientes
noches enteras
bailando al son de tus palpitaciones,
ballet de amor,
torrente,
lluvia,
vida para vivirla en tu epidermis,
dulcemente;
despierto
o soñando eternidades
con mi cabeza reclinada en el brazo de la noche.

Eres luciérnaga feliz
cerquita a mis pisadas,
con tu sonrisa
espuma elevándose sobre el tiempo;
días,
collar de besos,
mosaico de caricias cada uno de tus poros,
el cielo desgranando luceros en tu paisaje azul,
comparsa y canto,
presencia duradera
perenne acero,
olvido huyendo asustado,
venadito en la hierba;
tu sonrisa amor, playa para mis ojos.


Estás aquí enamorada junto a mi silencio,
mis dedos, aprisionada noche,
se enredan en tu talle,
la tarde, sol ocultado mis pasos;
mientras tu sombra,
crece como el crepúsculo
iluminando
mi
sonrisa.

DIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

Escriebe: Danilo Sànchez Lyòn
1. Nutrirse con el pan de nuestros propios hornos
Un viejo profesor, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, nos decía que “la mejor manera de hacer patria era componiendo un vals, una marinera, un huayno, un taquirari o una mulisa”. Y es aquello en lo cual más he creído cuando he visto cómo culturalmente nos subordinamos hasta en nuestras fiestas y alegrías a todo patrón social, cultural y artístico que nos viene de los centros de poder mundial.
Sin embargo, y parafraseando la afirmación de ese viejo maestro, ecuánime e impecable, ahora diría que la mejor manera de identificarse con nuestro pueblo, su historia y su destino, es haciendo libros para niños, promocionando la lectura, animando la literatura infantil, activismo y voluntariado a favor de hacer que de manera voluntaria el niño, joven y ciudadano en general lean y adopten valores de manera autónoma, que es lo que ocurre cuando se siembran libros y lectura que él acoge, adopta y recrea.
Creo, sinceramente, que es un imperativo moral de todo intelectual en nuestro medio –aparte de aquel compromiso ineludible de asumir y expresar toda la verdad, ética como estética– escribir buena parte de su obra destinándola a los niños y jóvenes, tan carentes y desasidos de lecturas y textos pertinentes para su edad, momento en el cual se tiene la mejor disposición anímica y el tiempo para leer, y no están cerradas sino abiertas y lacerantes las preguntas y las heridas que nos impulsan a retarle a los dioses con nuestras querellas e interpelaciones, como es la infancia y la juventud.
Por cumplir este compromiso debería estársenos prohibido –quizá exageremos el sentido de la expresión– morir, perecer o perder la vida; en razón de este propósito debiera denegarsenos a los escritores toda complacencia, descanso y jubilación. Y hasta debe regir que si no cumple con ese imperativo categórico está prohibido que la muerte se apiade de su cuerpo descalabrado y maltrecho.


2. Algo que nos va a permitirsalvarnos a todos
Escribir para niños, hacer un libro o editar una revista dirigida a ellos, aquí y ahora, es la respuesta adecuada y correcta a nuestra responsabilidad de mayores de edad, de padres de familia y de intelectuales cuyo primer deber es hacer que existan libros propios para nuestros hijos, obras legítimas, nacidas aquí, al calor de nuestras hogueras, desde nuestras propias dudas y perplejidades y arrancadas desde el fondo de nuestras entrañas.
Y no estar consintiendo el hecho inmoral que ellos tengan que nutrirse mayormente con el pan de otras mesas y el yantar de otras casas, el mismo que resulta alimento que no les nutre; o, peor aún, mendrugo, menudencia o plato sobrante del banquete de otras fiestas, cuando en este aspecto es intransferible que la celebración sea en nuestra propia casa y en base a nuestros quereres más sentidos.
Proceder a escribir para niños y jóvenes es un acto que considero dichoso artísticamente y moral, que nos redimiría a todos. Lógicamente, no contribuye, por ahora, a ganar prestigio a un intelectual canónigo, dado que no da esa aureola de cosmopolitismo, de vanguardia perspicaz y clarividente, de escribir con tanta furia y genialidad -artificialidad pura- que pocos, ninguno y hasta los autores mismos no se entienden ni menos son capaces asumir como pauta de vida, razón por la cual tienen que usar poses y un lenguaje afectado y críptico.
Este compromiso incluso puede significar trabajar en algo que se considera pueril, venido a menos y hasta mediocre, porque así se tipifica al arte para niños, género que bien puede condenar a un autor al menosprecio, porque se valoran más las actitudes de intelectual maldito, anormal y hasta psicópata, en suma inescrupuloso; comportamiento que curiosamente asegura imagen y su consiguiente publicidad. Hay por eso el prurito de escribir difícil y aparentar ser soberbio aunque en el fondo seamos unas moscas, se alucina -y se actúa así- ser vandálicos e iconoclastas aunque en el fondo tengamos la cobardía de una malagua; pero es la moda que marca e impone la alienación.
Frente a todo ello un acto de valor es ser sencillos, cabales y auténticos. ¿A qué tanta farsa? Comportémonos más de acuerdo a nuestra realidad. Un buen intelectual, para nuestro país, no es aquel que logre escribir obras insólitas o extravagantes o que ostenten una calidad fuera de lo común, sino aquel que mejor responde a su circunstancia, a su sociedad y a su misión.
Y debemos también dejar la arrogancia de creer que somos más sutiles, acrisolados y superiores a los niños, entendiendo de una vez por todas, que trabajar por ellos es trabajar no únicamente por algo diáfano y justo sino por aquello que ha de permitir que nos salvemos todos.


3. Tiempo valioso:el tiempo de ser niños
Sylvia Puentes de Oyendard, Presidenta Fundadora de la Asociación Uruguaya de Literatura Infantil-Juvenil, quien dirige además la Cátedra de Literatura para Niños y Jóvenes “Juana de Ibarbourou”, en coordinación con el Ministerio de Educación y Cultura y la Biblioteca Nacional del Uruguay, ha señalado que el Perú cuenta con uno de los mejores planteles de especialistas en literatura infantil de América Latina; y precisa en su libro Girasol de poesía:
“En pocos países, como en el Perú, existen tantos grupos trabajando por la literatura para niños y jóvenes. La multiplicidad ha enriquecido la variedad de opiniones sobre las fuentes originales. Numerosos ensayistas han abordado el tema desde la rica tradición incaica hasta nuestros días…”
De otro lado acaba de fundarse, y ya viene funcionando en Lima, la Maestría Internacional de Literatura Infantil-Juvenil y Animación a la Lectura, organizada por la Universidad Católica Sedes Sapientiae en convenio con universidades de varios países como Brasil y Chile. Sin embargo, la pujanza de la literatura infantil en una sociedad no radica en el debate ni en la crítica, tampoco en los estudios de las personas versadas, ni en los planteamientos novedosos en la promoción de la literatura infantil como tema, sino que ella reside en la presencia de libros infantiles propios para los niños en sus hogares, en sus escuelas y en su ámbito comunal.
En donde se centra, se plasma y se concreta la literatura infantil no es en las consideraciones acerca de su importancia y su rol, menos radica en las buenas intenciones, ni en la óptica que como adultos nos esforcemos en entender, sino que se anima y resuelve en actos de lectura concreta y efectiva –y ojalá apasionada– basada en la presencia de libros infantiles originales, en la lectura creativa de dichas obras que hagan los niños ilusionados de nuestras comarcas.
La literatura infantil no tiene por qué estar limitada al escritorio de los expertos, a existir en las fichas minuciosas de libros raros que hacen diez o veinte personas que nos hemos dedicado a hablar últimamente de este asunto que a la mayoría deja perplejos; de autores a los cuales hay que buscarlos en las guías telefónicas o en los directorios circunstanciales de los eventos académicos.
La literatura infantil no puede ser solo asunto de entendidos, hecho injusto de aceptar sin que nos subleve y erice, desperdiciando así un tiempo valioso: el tiempo del niño, período de exploración y conocimiento del mundo y de sí mismos, etapa de formación que hay que orientar e impulsar para que después haya lectores de poesía, novela, ensayo, teatro; e infatigables contertulios de libros científicos, de obras de tesis, de ensayo y de reflexión; lectores que hoy hacen falta para acometer con fortaleza y eficacia el desarrollo de nuestros pueblos.


4. Ediciónde publicaciones infantiles
Reconozcamos en cada libro para niño que se edita en nuestros países, en este acto paciente, devoto y amoroso, felizmente no sensacional, un gesto que en el fondo tiene un extraordinario valor. Y celebrémoslo como una festividad, como un suceso afortunado y trascendental, e integrémoslo al hecho cultural más significativo y al devenir histórico fundamental de nuestras sociedades.
E insuflemos a la literatura principalmente de identidad. Europa hizo una cuentística para niños y jóvenes en base a su folclore y que ha sido reconocida y aceptada después por todos los pueblos de la tierra como la literatura universal. Porque así es. Es una paradoja, dado que nada puede ser más local que el folclore. Pero a la vez es la expresión más reveladora, genuina y significativa de una comunidad. Hagamos también lo propio, eduquemos y formemos lectores en base a nuestra identidad y a nuestro folclore para alcanzar universalidad.
Cuando la imprenta de caracteres móviles apareció en occidente manipulada por Johannes Gutenberg, hacia el año 1450, se dio inicio a la actividad editorial que fue inmediatamente calificada como la “madre de todas las ciencias”. Hecho que también es verdad. Las ediciones de libros aseguran el registro y la memoria de todos los conocimientos, así como su propagación y consecuente recreación.
Antes, para editar un libro se necesitaba licencia de los Reyes. Eso queda evidente y palmariamente demostrado al revisar una obra muy a la mano: las primeras páginas de El Quijote de la Mancha donde su propio autor, don Miguel de Cervantes, lo aclara y deja muy bien establecido. Ahora bien, en muchas de estas gestiones se arriesgaba la vida porque de la lectura que hacían los censores se podía pasar a la cárcel y después a la hoguera denunciado como hereje, apóstata o subversivo. Ahora que no se necesita tal anuencia, ni hay el temor de ir al cadalso por escribir o editar un libro, entonces ¿por qué no hacer más profusas las ediciones de libros para niños y jóvenes en nuestra realidad?
Los libros echan más luz a la luz del sol que ilumina el mundo, llenan la infancia de asombro, maravilla y espectación; añaden al milagro de la vida el esplendor de todo aquello que el alma y la mente humana y divina han logrado develar. Nos colman de esperanza.

Hacen que a lo inmenso y sorprendente de la vida le agreguemos el hecho inefable de tocar con ellos el infinito y la eternidad.

Cuento:
Escribe: Danilo Sànchez Lyòn

EL ESPANTA PÁJAROSQUE HABITA EN EL PARAÍSO DE LOS PÁJAROS

– Eres realmente feo, tal y como yo quería que fueras para que ningún animal que vuela se acerque y coma de mis sembríos.
– Pero, amo, yo me siento triste con este aspecto. Mejórame un poco, papá.– No, no, no. Quiero un espantapájaros horrendo, que ahuyente a las aves y a la gente que ronda por estor lugares.
– Papá, no te pido que me hagas hermoso, pero por lo menos hazme común y corriente.– Ya estás hecho y si pudiera hacerte más feo no dudes que lo haría. Y ya sabes, ni los cuervos más atrevidos, ni las alimañas más insolentes del bosque pueden acercarse, ni coger de mis cultivos.
– Papacito, todo es bello a mi alrededor, todo florece y es precioso. ¿Por qué yo he de ser deforme y malo?– Porque ése es tu destino. Para eso has sido hecho. Como el mío es ser rico y poderoso.
– Entonces, ¿cuál será mi suerte?– Ahuyentar a las aves. Hacer que cunda el miedo con el movimiento de tus brazos, que pájaros de toda clase se vayan a otro lado. Que se larguen a comer de otras haciendas.
Y, así, se despidió el amo, Y estaba en lo cierto.
Al ver al espantapájaros las aves huyeron hacia otros parajes.
Sin embargo, el espantapájaros batía sus brazos diciéndoles:
– No se vayan, amigos, no se vayan, acérquense, no soy malo.
Al verlo comportarse así, más huían las aves pensando que los amenazaba con los gestos de sus inmensos brazos.
El espantapájaros se sentía solo y triste.
Un día pasó el amo en su caballo y se rió de buena gana:
– Verdaderamente eres feo –le dijo mirándole de arriba para abajo. – Pero, amo... yo estoy triste.– No, no, no. Yo estoy contento y satisfecho de tu trabajo. Siendo tú así, nadie se acerca ya a mis campos.– Yo no me siento bien siendo de este modo.– Así como eres estás bien de lo contrario... te mataría.
A esto el espantapájaros no respondió nada, prefirió callar. Ni siquiera quiso que viera las lágrimas que se empozaron en sus pupilas y calladamente se deslizaron por sus andrajos.
Pero llegó un día en que un cernícalo pasó por lo alto del cielo llevando entre sus garras a un pichoncito.
Lo había atrapado en las ramas de un árbol para devorarlo en lo alto de la peña en donde vivía.
– ¡Hey, suelta al pajarillo! –gritó el espantapájaros con su voz tronante, agitando sus brazos.
El cernícalo se asustó y soltó al pajarillo.
Este, cayó y cayó como dando tumbos.
El espantapájaros se estiró cuanto pudo y en sus dedos de viejo trapo amparó al avecilla y rápidamente lo escondió dentro de su pecho.
El cernícalo, furioso, empezó a atacarle, destrozándole la camisa en busca de su presa. Esparció la paja y los trapos de los que el espantapájaros estaba hecho. A picotazos le destrozó la barriga.
La furia del cernícalo le producía dolores horribles. Aquel parecía un loco, pero cada vez que este arremetía con más cólera, escondía más al pichoncito.
El cernícalo ya cansado, se fue.
A partir de entonces, el espantapájaros se dedicó a cuidar al pichoncito, y no pasaron muchos días en que ya revoloteaba a su lado. Así fue creciendo.
Pronto el pichón ya saltaba por la hierba, feliz y lozano.
Y cada vez voló más lejos, pero siempre volvía a guarecerse en el pecho del espantapájaros que lo acogía con cariño.
Y cada vez que volvía el pajarillo venían con él otras avecillas. Después de retozar aquí y allá se iban. Cuando emprendían el regreso, el espantapájaros les decía:
– Coged y llevar cuanto les plazca. Aquí los frutos se pudren sin ser cogidos de los árboles ni de las espigas. Aliméntense cuanto puedan y sean fuertes y sanos. Llevad, llevad.
Las aves pronto volvieron a poblar estos predios.
Un día, pasó el patrón y vio con espanto lo que ocurría ante sus ojos: bandadas de gorriones, jilgueros y torcazas sobrevolaban en sus sementeras.
Deteniendo bruscamente su caballo ante el espantapájaros le increpó:
– Dime, ¿qué espectáculo es éste? ¿Por qué han invadido mis campos otra vez las aves?
– Es que yo...– ¿Qué ocurre con tu trabajo? ¿Para qué yo te he puesto en este sitio? ¿Acaso para que haraganees y te complazcas?
Dos fuetazos que nublaron su visión por un rato cruzaron el rostro del espantapájaros.
– Mañana volveré y cuidado que encuentre a uno solo de estos bichos y alimañas. Entonces verás lo que te pasa.
El Espantapájaros no contestó. No dijo nada a su amo. Ni tampoco a los pájaros.
El dueño volvió al otro día y vio que nada había cambiado, que todo estaba como el día anterior.
Cogió una vara larga y empezó a golpearlo en el pecho y la espalda.Fue en ese instante que salió volando el pichoncito que se cobijaba en el corazón del espantapájaros.
– ¡Ah! ¡Traidor! Yo te puse en este lugar para que cumplieras bien tu trabajo y mira cuál es el pago y la recompensa que me das.– Es que amo...– Yo te mandé que ahuyentaras a las aves, no que las criaras.– Patrón...– Si no sirves para nada, acabaré contigo.
Y se fue galopando furioso hasta desaparecer.
Al rato regresó con varios peones de su hacienda a quienes ordenó que desclavaran las patas de madera del espantapájaros, enterradas entre las piedras.
Puesto ya fuera y tendido en el campo verde, cuan largo era, ordenó que lo cargaran y fueran tras de él, que iba adelante montado en lustroso caballo.
Lo llevaron primero por un camino serpenteante, pero luego empezaron a subir hacia una alta montaña. El espantapájaros aún respiraba.
Llegaron hasta la cima del monte. El amo ordenó:
– Arrójenlo.
Y lo impulsaron al abismo.
Mientras caía, todas las aves que se habían reunido en la altura salieron presurosas y lo sostuvieron con sus picos y sus alas.
Y entre todas juntas lo llevaron rumbo al cielo, en donde mora como el único espantapájaros que hasta ahora ha entrado al paraíso de los pájaros.

martes, 27 de marzo de 2007

CESAR ALVA LESCANO: ESCRITOR LIBERTEÑO

Escribe: Blasco Bazàn Vera
César Adolfo Alva Lescano, nacido en Cascas, Cajamarca el 12 de octubre de 1918. Es considerado como otro de los pioneros de las letras liberteñas. Ya en 1948 se le ve desempeñando como auxiliar de Práctica Profesional en la especialidad de Castellano y Literatura de la Universidad de Trujillo cargo de lo desempeña hasta el 1° de julio de 1959 en el que se le nombra como Profesor del curso de Castellano de la sección preparatoria a Estudios Superiores de la misma Universidad. En 1960 se le nombra como profesor de Castellano Teórico y Práctico hasta que cesa en la Docencia Universitaria en 1983 pasando a servir en la Universidad Antenor Orrego de Trujillo, desde su Fundación.
Su labor la ha desplegado tanto en la actividad educativa como en la cultural y social. Es Doctor en Educación y fue Primer Presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas del Perú, Filial Trujillo. También ha sido profesor y luego Director del Colegio Nacional San Juan de Trujillo.
Como escritor, sacó a luz su primera obra en verso titulada “Romancero” (1944) donde él mismo dice que con demasiada demora se propuso publicar los versos que contiene el libro, versos que estuvieron silenciados y guardados en el relicario de los recuerdos.
Alva Lescano, siempre se le reconoció su valía en el campo de las letras. Allí destacó nítidamente pero no logró publicar algo propio, algo que le diera partida de nacimiento en este espinoso y bello campo. Hasta que se animó y es así como nos regaló su primer libro “Romancero” llamado así por usar en los versos la métrica octasílaba en su estructura formal con variantes contextuales, que es una de las características de los amantes de la poesía que descubrieron la manera de inmortalizar sus sentimientos. Es uno de los pocos escritores que han dado a su poesía la métrica tan dejada de lado para dar paso al verso libre, sin embargo, Alva Lescano, nos interioriza con sus creaciones a un mundo lleno de confesiones humanas.
Su amistad con otros vates como Horacio Alva Herrera, Wilfredo Torres Ortega, Carlos Humberto Berríos y muchos más, le incitan recordarlos con suprema generosidad. Los romances dedicados para ellos, amén de su Romance de la Muerte y el otro Romance de la Pena, elevan a Alva en el pináculo de la admiración. En ellos hay belleza, cultura, afecto. Alva se descubre ante sus amigos, ante la muerte, ante el dolor; y tomando de todo el libro sólo algunos poemas, sentimos que su creación se torna cariñosa, apegada, veraz y canta en estos poemas romances elevados, sobrehumanos mostrándose como un excelente innovador.
Anotamos el Romance “Saudade” de la Pág. 45 de su libro “Romancero”.

SAUDADE
(A Wilfredo Torres O.)

Siete gaviotas volaban
sobre el altar de la pena
siete lágrimas vertidas
sobre el camino sin vuelta.
Manifestando tormento
las gaviotas voladoras
al verse tristes y solas.
Con su vuelo, su lenguaje
pronunciado sobre el tiempo,
destilaban su dolor
descendido de los cielos.
Las siete gaviotas fueron
mensajeras de la pena,
de otras tantas que en el mar
lloraban sobre la ofrenda.
Te fuiste caro poeta
entre brumas y entre penas,
de siete gaviotas tristes que escribieron siete letras.
Las edades junto al tiempo,
repitiéndose en los años,
guardarán la oscura pena
de las gaviotas en vuelo.

Como podemos leer, Alva Lescano en el Romance anotado con suma pulcritud canta al amigo ido. Las gaviotas siguen dando vuelta en nuestra cabeza y mucho más la ternura engarzada en cada verso nos hacen comprender la majestad de su creador. Y qué decir de ese otro Romance titulado los dos indiecitos (Pág. 46) allí asoma un Alva extremadamente tierno. Nos describe con suma fácilmente la silueta de los indiecitosa quienes los vemos esconderse en las sombras de la tarde cargados de pena y dolor, mientras la oración hacia el Todopoderoso claman protección por tanto sufrimiento. Alva comprendiendo los avatares de los niños indios, se sumerge en su romance para culminar diciendo que éstos, taciturnos y olvidados, gimen canciones desgarradoras al no ser comprendida su aflicción.
En este 2007, César Adolfo Alva Lescano es Presidente del Instituto de Estudios Vallejianos y se apresta en lanzar una nueva edición de de su libro “Leyendas de Trujillo y alrededores”.

sábado, 24 de marzo de 2007

DOMINGO

Ròbert Jara
(Guadalupe, La Libertad-Perù)

Domingo
ya no te extraño
ya no
allá en Perú eras maicito de trueque
aquí
cómplice que auspicia misas mientras voy asolando

¿Por qué domingo
permites que la sombra se hunda en mis costillas
y la ubre destile jirones?

¿Por qué domingo
permites que mi respiro sea utópico
parturiento
verbo de humo bajo lluvias adeudadas?

Domingo
mejor fumemos mi ceniza y su nervio latente
ya no seas más zumo de fresca cebolla
ya no dejes que mi zapato intuya diplomáticos sepelios
ya no dejes que odie de antemano al orador y al lustrabotas

Cansado estoy
domingo
ni a ti importarle tan siquiera
con tu olorcito a sahumerio y arrocito macollado
aún así me adelanto al homicidio heredado
despacito
así
prefiero suicidio tortuga
tortuga coja y procesionando
¿entiendes?

Cuánto te extraño maldito domingo
y de trueque
y de sangre
y más mucho más cuando se yergue la herencia colectiva
recreo de niños que destiñe
sal de azúcar misa de fiesta
semental de razas bravías
y más con tus misas
y más con tus tardes de fútbol
y de siesta

Aún así
ahorro mis lunes y mis martes… y mis sábados
completos sudando tu distancia
recuerda que sin ti la soledad es más obesa
mucho más que cuando estoy sin migo
y no hallo silla donde sentarme
y espléndido espero ¡ah…!
tu madrugada domingo
hum… que rico sabor de nostalgias
benévolos mercados y sonrisas truncas
que pronto se diluye al doblar de las campanas
y los pasos vespertinos
que se alejan



***



Sé que vendrá ese par de meses blancos
a divertirse conmigo
con sus tijeras

Oigo venir a ese par de meses blancos

y quizá no le baste recordarme el desuso de mi nombre
la inutilidad de mis dientes
la inutilidad indudable de mis bolsillos
y lo prescindible que resultan mis huesos
por aquello de divertirse a lo grande
mientras tiento capullos en la arena

Sé que vendrá ese par de meses blancos
la historia es dictadora
pero yo lo burlaré
qué importa
nutriéndome de la sonrisa huraña y forastera
de mi voz desorejada
de tu voz sin nervios ni músculos


***

Quién no huele mi preñada soledad
esa tibia ubre que arreamos a putear a la oreja y a la calle

Quién no la posee
con descaro entre partos inaudibles
camaleónica
pies de espuma y de vapores
arcoírica
besuqueando su sonrisa de humo
profanando sus legañas matinales
su volcán soñoliento
su luz de trabajo

La soledad
ese robert jara ahebrado de rendijas
pienso que jamás va a despreñarse de su anhelo
tu anhelo mítico que hiberna

Total
ya no busco compañía si no tan sólo auto acompañarme
mordido por la única luz que soporto tus rajas de sombra

LAS MUJERES Y LOS LIBROS

Correo de Salem 398
Por Eduardo González Viaña (*)

La noche de la Edad Media duró mil años. Durante ella, fueron los monjes quienes preservaron contra la barbarie el más maravilloso signo de la civilización humana, los libros.

En nuestro tiempo, no sabemos cuánto va a durar este canibalismo utilitario que se llama globalización, pero es evidente que los libros son cada día menos importantes. Y sin embargo, sabemos quienes están guardando para el futuro los bienes fascinantes de la lectura… Son las mujeres quienes lo hacen.

En la librería Barnes & Noble de Fort Lauderdale, Florida (954-723-0489), hoy 8 de marzo a las 7 y 30 de la noche, Freda Mosquera va a presentar mi novela EL CORRIDO DE DANTE ante su círculo de lectura.

Hace 15 años, la escritora colombiana y otras diez damas residentes en el norte de Miami, decidieron leer un libro cada mes y juntarse cada segundo jueves para comentarlo. Hoy pasan del centenar y son, en su mayoría, mujeres. La grata obligación mensual ha producido algunos resultados: Colmó de libros las bibliotecas hogareñas, estrechó los lazos familiares e incluso devolvió el uso de la lengua castellana a muchas personas que, durante décadas, no la habían usado ni siquiera para hablar.

Cada miembro del grupo recomienda el libro del mes a por lo menos otros diez amigos, y éstos por su parte hacen lo mismo con otros diez, y así la pirámide prodigiosa ha multiplicado el consumo de libros en castellano en Barnes & Noble, una casa que sí los sabe vender.

Por cierto que el primero en llegar esta noche a la librería seré yo, pero, debido a las distancias, eso no ha ocurrido con los otros 46 clubes – todos dirigidos por mujeres -que leyeron EL CORRIDO DE DANTE en los Estados Unidos en estos cinco meses que van desde que Arte Público, University of Houston, lo editara.

Sin embargo, hemos conversado “en vivo y en directo” a través del chat y de la camarita de video. Vale decir que para leer EL CORRIDO DE DANTE hemos usado los mismos medios de la modernidad que, supuestamente alejan a la gente de los los libros.

Mañana, 9 de marzo, a las 8pm, participaré en la sesión del grupo que discute los viernes en Miami y que dirigen las peruanas Patty Scerpella y Pilar Llosa (305-251-1173). Y hace menos de un mes usé el chat para responder a las 77 damas de Boston que me habían leído y estaban congregadas en la casa de Zoila Ricciardi.

El fenómeno no ocurre solamente en USA. En los dos últimos meses, he conversado y tomado café con varios grupos femeninos en el Perú. El que en estos momentos recuerdo es el que dirige Inés Guerra de Guijón. Ella se ha pasado casi 70 años vendiendo libros en la “Librería Peruana” de Trujillo, y fue quien vendió el primero de los míos que publiqué antes de ser ciudadano hace mil años.

Inés vende, fía o presta los libros. La semana pasada, estuve en su casa tomando té y comiendo alfajores y bizcochos Castañeda mientras me acometían con preguntas unas 25 damas que habían escudriñado en Trujillo EL CORRIDO DE DANTE.

¿Será casual todo esto? Si ustedes creen que lo es, averigüen qué porcentaje de los alumnos de los departamentos de literatura son alumnas, y acaso se encuentren con con una cifra cercana al 80 por ciento, que corresponde a mi propia constatación en las clases que dicto de esa materia.

El 8 de marzo de 1917, una manifestación masiva de mujeres rusas protestó contra la guerra y precipitó la caída del zar. El 8 de marzo de 1908 en Nueva York, las obreras de una fábrica textil reclamaron que el día de trabajo tuviera 10 horas en vez de 16 que era lo usual. Los dueños quemaron la fábrica y quemaron vivas a 129 mujeres. En la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, la alemana revolucionaria Clara Zetkin demandó que el 8 de marzo fuera el Día Internacional de la Mujer para reclamar los derechos políticos, civiles y económicos de todas las mujeres en el mundo. Este 8 de marzo del 2007, se me ocurre pensar que el mundo debe algo más a las mujeres. En uno y otro lado, los círculos de lectura –generalmente dirigidos por ellas- nos están preservando de la barbarie materialista propia del capitalismo salvaje mientras nos ofrecen libros junto a humeantes tazas de té, miradas extasiadas y deliciosos bocadillos.

EL ARBOL QUE CANTA EN TUS OJOS Y LA PROPUESTA POETICA DE PINEDO

1.- INTRODUCCION
El Grupo Literario Nuevo Amanecer, fundado en Julio de 1976, Tiene, en­tre sus integrantes, a José Pinedo Pajuelo (Casma, 1935), considerado cariñosamente como el "viejo" del grupo; pues, para entonces, tenía ya más de 40 años. Y, como trabajador postal, era empleado en la Oficina de Correos de Trujillo. Pinedo destacó por su sencillez y cordialidad; y, con Bethoven Medina, Manuel Alfaro, Franco Chico y Adán Cabanillas, por los premios obtenidos en los concursos literarios que pronto pres­tigiaron al Nuevo Amanecer.
La principal actividad creadora del Grupo Literario fue, y sigue sien­do, la poesía; pero entre sus integrantes también habían artistas plásticos y teatrales que no eran ajenos al arte poético ni mucho menos a la música, como se vio después con Franco Chico, que es ahora un destacado cantautor y poeta. Asimismo, Raúl Pastor, que era entonces actor de teatro, en su vida escolar fue también pintor y posteriormente ganó algunos premios realizando exposiciones, volviendo a la poesía para publicar, en 1986, el poemario "Coloquios de Mefisto y la luna". Pero fue a partir de 1995 que José Pinedo Pajuelo nos sorprendió con sus premios y exposiciones de pintura, faceta hasta entonces desconocida en él, aunque sabíamos sí que su hermano Eliot ejercía dicha profesión en el extranjero.
El poeta declara en "Kurur"(1), poemario publicado en 1979, que como militante de la poesía es un hijo del Puerto de Samanco y de los pueblos ancashinos, y que sus poemas "fueron escritos entre las cartas y tele­gramas" de donde le tocó trabajar, incluido Trujillo donde radica actualmente; los que "tienen la influencia de todos los poetas, como también de todos los hombres y -especialmente, diría yo- de todas las sonrisas femeninas", pues su trajinar poético y pictórico no escapan a esa influencia sentimental. "Kurur" nos da a conocer por primera vez sus famosas "Pinceladas Amatorias" (2), poema que en 1980 lo publicó de manera independiente con un brevísimo comentario de Gonzalo Espino y lo ilus­tró con tres pinturas de su hermano Eliot (3). Esta es, pues, la primera muestra poético-pictórica que antecede en 25 años a lo que hoy es “El Árbol que canta en tus ojos" (4), con la única diferencia de que las pinturas son suyas plenamente.
Otra novedad de "Kurur" es que tiene poemas que después serán parte de "Girando con mis labios las letras de tu piel" (5), poemario erótico-social que confirma el acerto de Juan Alberto Osorio, crítico de "Pinceladas Amatorias" (6); y de "El Árbol que canta en tus ojos", con “Esta noche broncínea de grillos", por ejemplo, y con los que llevan el título "Poema". Además, para encontrar el real cauce estético de José Pinedo, el Grupo Isla Blanca de Chimbote publicó, en 1982, el poema "Mi Anato­mía" (7), donde, para explayarse en la pureza y el libre pensamiento, se vuelve cosmopolita y obtiene otra característica de su poética: La ironía consigo mismo y los demás que a pesar de su ingenuidad a veces linda con el sarcasmo, matizando así su crítica social. Tarea que se plasma heroicamente con la publicación de "7 Poemas"(8), dados a conocer en Octubre del 2001. Los cuales, incluidos en "El Árbol que canta en tus ojos", más otros poemas realmente inéditos publicados por primera vez, demuestran que su propuesta poética se ha madurado a cabalidad.
2.- LAS VERTIENTES POETICAS
La formación cultural de Pinedo Pajuelo es de carácter pluralista, ob­tenida de lecturas y vivencias cosmopolitas, que ignoran la idiosincrasia regional sustentada en la identidad nacional y en la valoración y rescate de todo ese bagaje que constituye el ancestro cultural; sinónimo, en el Perú dependiente del imperialismo neocolonial, de redención social. Por eso, cuando declara que sus poemas "tienen la influencia de todos los poetas, como también de todos los hombres y de todas las sonrisas femeninas", está haciendo conciencia de su educación cosmopolita, importada en libros y revistas que, como premisa fundamental, difunden la educación neocolonial para que los pueblos dependientes no insurjan contra la opresión social y más bien sean partidarios de la sumisión y la explotación del hombre por el hombre, tal como sucede con el roman­ticismo clásico en lo que a corrientes literarias se refiere y con el neoliberalismo en lo que a ideología predominante concierne.
Esta primera premisa de la formación cultural de José Pinedo, y por ende, de su producción poética y pictórica posteriormente, se afirma más cuando en septiembre de 1978 edita por primera vez "La Achupalla Incen­diaria", revista de poesía que acoge hasta hoy a todos los poetas peruanos y extranjeros, particularmente de América y Europa continental; promoviendo así el intercambio cultural y la correspondencia internacional. Eso permite que el poeta no sólo sea conocido y publicado sus poemas en diversas partes del mundo, sino también ayuda a consolidar su educación cosmopolita. De la cual, obviamente, no sólo apropió el romanticismo clásico, sino también el surrealismo, el expresionismo, el dadaísmo, el cubismo, el vanguardismo, el estructuralismo y el modernis­mo, corrientes literarias y estéticas que si bien habían roto las formas convencionales del arte y la literatura de los siglos XIX y XX, como el verso y la rima del soneto en lo que a poesía se refiere, para dar cabida al verso libre y a la narración poética, el contenido de las mismas seguía siendo de esencia burguesa, pro imperialista, aunque revestidas de democracia y vertiente popular.
Fue, pues, el socialismo marxista leninista quien desnudó esas taras burguesas. Por eso, en la segunda mitad del siglo XX, cuando la izquierda en el Perú estaba vigente y muy atomizada por la cantidad de partidos políticos que existían, donde predominaba el troskismo, el maoísmo y el revisionismo como corrientes de origen marxista, José Pinedo Pajuelo, debido a sus ínfulas vanguardistas y de renovación, sin ser militante partidario, asume la política de izquierda e inicia así una larga lucha en pro de su liberación espiritual y estética, la que sólo obtendrá depurando su personalidad a lo largo del proceso de transformación de la metáfora de su vida. He ahí la segunda premisa de su formación cultural y el objetivo primordial que se trazó en el subconsciente de su ser, al decidirse por el arte allá en sus años aurorales. Por eso, las primeras vertientes de su poética, son el romanticismo clásico, donde predomina la sumisión a la mujer amada; el erotismo de idealismo subjetivo y practica modernista; y la poética revolucionaria de izquierda; todas hábilmente entrelazadas por la modernidad estética de su pluma, no sólo visualizadas en las ya famosas “Pinceladas Amatorias”, sino, también, en los poemas “Esta noche broncínea de grillos”, “Es el hombre muralla subversiva”, “Secretaria Ejecutiva”, “Era un hombre botánico de agua”, “Oh Amiga mía”, y el dedicado a su madre, incluidos en “El Árbol que canta en tus ojos”.
Y si bien José Pinedo, por su educación cosmopolita y por su trabajo de "cartero de la primavera", como se definiera en uno de sus poemas, no supo comprender qué es la idiosincrasia popular que rescata y valo­ra el origen de su ancestro cultural, hay en su poética, como reminiscencias de ella, un marcado afán turístico del costumbrismo, de la flora y la fauna y de la cultura aborigen, mirados y tratados exteriormente que no promoverán en él una poética andina, pero sí será un ingrediente más de su estética personal, como un decorado del escenario que podría pasar como una vertiente turística que se plasma también en su creación. Y, además, el hecho de asumir tardíamente las corrientes artísticas y literarias modernistas y vanguardistas, nuevas en la forma y “viejas” en el contenido, al mezclarlas poética y pictóricamente, tenían que dar necesariamente un resultado estético que descubrimos en “El árbol que canta en tus ojos”.
3. EL ESTILO POETICO Y PICTORICO
A pesar de que Pinedo Pajuelo se dejó influir considerablemente por la poesía romántica, donde el verso métrico y la rima del soneto prevalecen, su estilo literario es más bien surrealista, de verso libre, donde el coloquialismo descriptivo avanza hasta la narración poética para usar el panfleto político y el costumbrismo turístico de flora y fauna. Así lo testimonia toda su poesía anterior a “El Árbol que canta en tus ojos” y particularmente lo refrenda este poemario. Y, en pintura, hay todo un contenido figurativo que se inicia, desarrolla y concluye en la poesía; o, mejor dicho, en la metáfora poética; la cual, como la parábola bíblica, describe un mensaje figurado o simplemente sugerido. Así, la pintura del poeta, por ser una metáfora figurada, sugerente, tiene mucho que ver con su poética en general, la cual es imprescindible primero conocer.
El inicio de su estilo literario está en las "Pinceladas Amatorias" y "Girando con mis labios las letras de tu piel", donde el surrealismo romántico, erótico y político revolucionario es evidente, aunque el encabalgamiento de "Girando…” ya no es convencional, sino de ruptura; pues los versos se desgajan y completan de una línea a otra, priorizando así la estructura del arte poética sin que afecte todavía la metáfora; la que, finalmente, termina siendo más "moderna" que la del encabalgamiento convencional; o, diría más bien integral; porque aquí, en cada línea, la frase y la oración gramatical están completas, y cada lí­nea del encabalgamiento poético depende de ellas, sin interesar que esta sea corta, mediana o larga; lo que, obviamente, no ocurre así con la "moderna" estructura del encabalgamiento de ruptura.
De ella, en "7 Poemas", pasa a la economía del lenguaje, donde las pa­labras sufren la tiranía de las letras y la unión de dos de ellas for­man una tercera palabra, lo cual es una manifestación de la transformación revolucionaria lingüística que atañe a la frase y a la oración gramatical metafórica; mientras que las letras, cuyas figuraciones son escritas en mayúsculas o minúsculas, o simplemente están solas, como la "d" del poema "Los Árboles de Santo Domingo de Tauca", que les falta su letra complementaria para nombrarlas, aparecen como signos de ruptura, no sólo gramatical, sino también expresiva y estética del poema, afec­tando así al idioma castellano. Acto que, en sí mismo, en aras de la degenerada concepción de la modernidad burguesa, sólo es un paso retrospectivo a los orígenes del idioma. Pero, sin embargo, en lo que a contenido se refiere, sería una búsqueda de nuevas formas de expresión libre que, a la postre, no sólo renovarían las estructuras gramaticales, sino también las de la convivencia afectiva en la sociedad.
Pero en "El Árbol que canta en tus ojos", y sobre todo en el "Poema Con Sistema" y "ÁRBOL Árbol", existe otra forma de ruptura que afecta ya gravemente a la ilación del poema; o sea, a esa musicalidad interna que necesariamente existe en toda escritura poética, en prosa o en verso; la que, simulando un trabalenguas podría ser un gargüerismo que irrum­pe con frecuencia en diversas tonalidades; o, quizás, una manifestaci­ón exabrupta y cacofónica de lo que se dio en llamar el antipoema. No lo sé; pero sí sé que eso tiene que ver en algún lugar con la pintura figurativa de las corrientes vanguardistas y modernistas que mezcla muy bien en su poética pictórica. Vemos así que José Pinedo Pajuelo es un poeta preocupado básicamente por la estructura formal del poema, y luego constatamos que esa preocupación solo es el camino a seguir en su afán vanguardista, de ruptura estructural, fonética y musical del poema convencional en verso libre, donde el estilo literario surrealista, siempre coloquial y descriptivo, es "renovado" para estar acorde con la modernidad de la época.
4. LOS TEMAS POETICOS
4.1 EL AMOR DE AYER Y HOY
El fin primordial de la poética amorosa de “El Árbol que canta en sus ojos” es la rememoración afectiva y sentimental de todas las mujeres -o por lo menos de la mayoría- que el poeta amó a lo largo de su vida, lo que rompe necesariamente las ataduras sentimentales con la amada en particular, hecho que por sí mismo supera la dependencia afectiva y democratiza espiritualmente el amor, pues ya no se percibe en su poética a un súbdito reverente sino, más bien, a un partidario del amor plural, de la socialización del sentimiento amoroso; expresado, también, como otra forma de ruptura estética y poética; y, además, como una expresi­ón de superación del individualismo burgués y de la propiedad privada amorosa. Este salto cualitativo no quiere decir que el poeta cante so­lamente al amor en abstracto, pues el libro tiene un poema erótico que se inicia con la frase "Caía la lluvia", escrita en mayúsculas, donde, como un films cinematográfico, "cuenta" su relación sexual y sentimen­tal con una de sus queridas –o, mejor dicho, de sus amadas, porgue de todas es un fiel enamorado-, que actualiza el pasado pero no merma su nueva concepción filosófica del amor. Y ello, a pesar de que el poeta se declara “esclavizado” por las “miradas que hablan/ En una noche es­trellada de lluvia".
Más, lo que sucede, es que el proceso de liberación espiritual de José Pinedo tiene sus etapas, donde la dependencia amorosa se da al poetizar en primera persona, porque la rememoración del pasado conduce precisamente a ella. Pero si poetiza en segunda o tercera persona veremos que el contenido amoroso toma otros ribetes, deja de lado la sumisión y la dependencia romántica para expresar un sentimiento más liberal, más democrático – o, más personal y menos individualista-, como se verá en los poemas “Las bellas flores que forman el soñado beso de la noche”, “Luminizas musa tu luminosa cabellera”, “Muchacha negra rocío de bahía danza”, “Oh amiga mía”, “Secretaria Ejecutiva”, “La noche duerme y las casuarinas aletean” y “Para escribirte patria o musa un poema de amor”, entre otros. Y como una muestra de su retorno al presente, escribe: “AmorMuñecaDelVerano d mágico silbido que vistes la falda corta y/ la blusa de seda que muestra el movimiento poético y artístico/ d tus senos d durazno para retener al instante en que toco tu mano/ suave como la piel de tus ojos en la corteza del mango/ encuentro el cofre de las pictóricas palabras con que creo y/ recreo este poema que es parte de ti porque la fragancia/ de tu presencia inconfundible le da la luz de tus encantos” (Quinto de los últimos fragmentos del poema ARBOL Árbol).
Pero la vertiente socialista del contenido y forma en la poética de Pinedo Pajuelo se refrenda más cuando constatamos que en un poema hay en verdad dos o más poesías, comprobadas en “La Alas de la Tarde Danzan como Botellas en el Mar”, y en otros se describe los vínculos amorosos de dos o más mujeres, como sucede en “Oh Amiga Mía”, “Poema Con Sistema” y “Entre el mar azul el tul del verano”, entre otros. Además está también el estilo surrealista, de verso libre, donde el coloquialismo descriptivo avanza hasta la narración poética con el fin de patentar la metáfora de su vida. No olvidemos que Lenin decía que “Hay que tomar toda la cultura que dejó el Capitalismo y construir el socialismo a base de ella. Hay que tomar toda la ciencia, la técnica, todos los conocimientos, el arte. Sin eso no podemos edificar la vida de la sociedad comunista”.(9)
4.2 EL EROTISMO COMO TEMA MAYOR
De todos los temas poéticos de José Pinedo, el erotismo es el predominante. Estaba ya presente en su poesía auroral. Lo contiene las “Pinceladas Amatorias”. Lo refrenda “Girando con mis labios las letras de tu piel”, lo testifican los ”7 poemas” y lo ratifica “El Árbol que canta en tus ojos”.Este erotismo iniciado “en el destello auroral/ de la cerámica del verso”(10)/ donde “para alimentar/ la inquietud de mi sangre/ en la liquida humanidad/ de tus senos / de pincel tahitiano,/ para quererte/ fecundada de amor/ en la rítmica llama/ del amazónico polen/ de tu corazón de pinar”(11) es fácil llegar a “la hospitalaria inquietud/ del calzoncito inefable/ que delicadamente descubre/ las delicias del oculto jardín/ de tu oceánico cuerpo”(12). Donde “el poema (de tus ojos)/ Se había adelantado a la lluvia/ Y en tu cuarto florido y musical/Tu cuerpo juvenil de fragante primavera/ Desde tus manos de alabastro/ Hasta el tuétano azul de tus huesos/Toda tu, habías sido empapada/ Por la poesía del claro poema/Que era una lluvia de flores del viento/ Y de frutos abiertos Que era una lluvia/ De palomas mensajeras de cálidas palabras/ Toda tu habías sido bañada/ Por la poesía del lírico poema/ Que era una lluvia de arpegios enlazados"(13).
Lo primero a destacar de este erotismo es que no nace de la morbosidad, del mero placer genital promovido por la cultura capitalista que ha hecho de la compra venta del sexo una ruleta más para lucrar, sino del amor que existe previamente en la pareja y, por ende, de la atracción y el deseo sexual que es un complemento inseparable del amor. Por eso, en José Pinedo, el ámbito sentimental, es lo primero, y el sexual, su de­rivado, Y aún, siendo su amor platónico, de súbdito reverente, su ero­tismo trasluce ese periodo pero sus recursos erótico-amorosos crean nuevas fuentes del placer, donde, ciertamente, renueva sus instintos y su proceder. Todo, como un proceso dialéctico, de saltos cualitativos, que siempre lo mantienen a la vanguardia del devenir. Y una de sus ca­racterísticas más saltantes es que ello es posible gracias a que su amor depende única y exclusivamente de la juventud, pues todas las mujeres de su vida han sido sólo lindas señoritas donde las quinceañeras parecen ser la mayoría. Su experiencia sexual, pues, no procede de mu­jeres maduras que le puedan enseñar todas las técnicas y tácticas con maestría y morbosidad, sino de aquéllas jóvenes que todavía se rubori­zan al besar y mucho más al desvestirse ante su hombre. Ello hace que el sentimiento amoroso sea pues predominante.
Ya dijeron los entendidos que el amor no se hace sólo con el órgano genital, sino también con los ojos, con el olfato y el oído, con la boca y la lengua, con la nariz, la palabra y el pensamiento, donde el ins­tinto erótico es determinante. Además, con el tacto, el abrazo y la caricia, el piropo y el ritmo sexual. Y, como acto sublime, con la penetración genital. Todo eso hay en la poesía erótico-amorosa de Pinedo. La cual, y como los ríos, que suelen ser pacientes o rumorosos, de aguas cristalinas donde se refleja el azul del cielo (en este río amoroso no existen corrientes turbulentas posibles de ocasionar desgracias o pe­sares y condolencias), con sus peces o metáforas que nadan ahítos de luz y de ternura, que saltan a la superficie como queriendo volar hasta el paroxismo del éxtasis o simplemente se refunden en las profundidades de la admiración. Por eso, en este vericueto amoroso no hay paz duradera, tampoco nostalgia perpetua, ni romance eterno. Todo, en su devenir, cambia de acuerdo a la estación. Y sólo la existencia temporal comparte el testimonio del amor, que también suele cambiar. De ahí que su metáfora no es una sola ni es unidimensional. Su variedad es tal como diversa es su significación.

4.3 LA GUERRA Y LA PAZ

Si miramos la política gubernamental peruana de los últimos 30 años, y tomamos al gobierno velasquista como punto de partida de esta sociedad capitalista dependiente en que vivimos, vemos que de la dictadura militar se ha pasado a la democracia formal y representativa, la que, siendo ya sinónimo de dictadura burguesa, con Fujimori, por ejemplo, tiene fuerte incidencia facista que no sólo reprime política y policialmente a las inquietudes laborales y regionales de reivindicación social, sino que ha desaparecido ya la estabilidad laboral y el aumento de sueldos y salarios acorde con la canasta familiar, mientras que la corrupción estatal y gubernamental, el enriquecimiento ilícito y desproporcionado de las autoridades políticas y civiles es cada día más intolerable. Esto, pues, tenía que expresarse en la poética peruana; más aun si concierne a un poeta de izquierda, como José Pinedo Pajuelo, que aunque nunca ha sido ni será ya militante partidario, su conciencia social no es ajena a este devenir político.
Pero, entonces, ¿por qué su poética, de ser beligerante, de cantarle a la guerra, le canta ahora a la paz con mayúsculas y minúsculas? ¿Acaso, Pinedo, como muchos otros ex militantes de hace 10 o 20 años, ha sido arrebatado por la vorágine de la represión y el miedo calumniante sin haber sido nunca ni siquiera amigo de terroristas y lo han hecho clau­dicar en su concepción política de izquierda? iNo! Sucede simplemente que su libertad partidaria y su afán vanguardista, consecuente con la época, le han enseñado que la guerra y la paz, como valores políticos y morales, pertenecen también a periodos de confluencia social y al flujo y reflujo de la lucha de clases. Y, por ende, que si bien, en periodos de paz, de democracia formal y representativa, no hay lucha de clases porque la insurgencia popular se restringe sólo a la movilización por mejoras económicas y políticas de menor cuantía, desapareciendo la violencia armada; precisamente porque la dictadura democrático burguesa tiene tinte facista por su política represiva, la lucha por la paz es también una arma política y moral que los gobernantes de turno no pueden exhibir con lujo de detalles, aunque hablen de ella permanentemente para beneficio de sus propios intereses.
Además, ¿qué guerra civil ha existido en el Perú? ¿Acaso la subversión terrorista no ha servido fielmente a los intereses económicos y políticos de la derecha, al masacrar a poblaciones andinas, matar a dirigentes sindicales, políticos y gremiales de izquierda y al ligarse con el narcotráfico y el terrorismo de Estado para desaparecer a la oposición política de los grupos reformistas? Sucede que la lucha revolucionaria ha sido tergiversada por la subversión terrorista maoísta desde la experiencia guerrillera de Luis de la Puente Uceda, y no aprenden que su fracaso histórico se debe precisamente a que creen que la lucha armada no la deben hacer la clase obrera y el campesinado, como sostiene el leninismo, sino la “vanguardia” política y militar de sus partidos; no por libre decisión de los obreros y campesinos que se han convencido de la necesidad histórica de la violencia armada, sino por el acuerdo partidario asumido al margen de la confrontación política y social, convirtiendo así en sus primeras víctimas a los obreros y campesinos que no comparten sus apetitos suicidas, porque el heroísmo revolucionario es otra cosa.
Ya dije que el estilo literario de José Pinedo Pajuelo es surrealista, de verso libre, donde el coloquialismo descriptivo avanza hasta la narración poética para usar el panfleto político y el costumbrismo turístico de flora y fauna. Pero el panfleto político no siempre ha sido ni debería ser necesariamente incendiario, sino, ahora más que nunca, programático y principista, como cuando dice que “La deuda externa nos está ahorcando y cada vez nos ahorca más/ pero para no morir ahorcados un día se levantara una voz y/ otra voz pero será una Voz valiente sincera honrada desinteresada/ y libertaria como la de San Martín, Bolívar Sucre, José Martí o como/ la de Ernesto Che Guevara y dirá Basta de Explotación y/ el pueblo por el pueblo se levantará y pondrá sus condiciones/ pero ya no seguirá de rodillas porque defenderá La Vida” (POEMA Con Sistema), y luego agrega: “Se dice que no hay plata y esto es falso pues la plata está/ en las ingentes sumas que se paga por la deuda externa Actuando/ en bien del Perú el PERU debe pagar sólo el 50% para cubrir las necesidades primordiales/ de salud educación agricultura transporte mejora de sueldos/ de los empleados públicos y cesantes y así evitaremos esa carrera alcista” (Ibid). Esta es indudablemente la primera y más importante propuesta política del siglo XXI, sostenida hasta por la Iglesia en la persona del ya desaparecido Papa Juan Pablo II , que promoverá la lucha antiimperialista.
4.4 LA VERTIENTE TURISTICA
Si bien, José Pinedo, el “cartero de la primavera”, no supo comprender el significado de la idiosincrasia popular que rescata y valora su ancestro cultural, hay en su poética, como reminiscencias de ella, un marcado afán turístico del costumbrismo de flora y fauna y de la cultura aborigen, que no promoverán en él una poética andina, pero sí será un ingrediente más de su estética personal. Esta peculiaridad que existe como un decorado más de su estilo literario, dice, por ejemplo, “LOS ÁRBOLES EN SANTO DOMINGO DE TAUCA/ con el sueño de estas piedras a la hora del café/ d los tamales o d las ocas entre deslizantes nubes/ alzan sus brazos bondadosos multiformes fantasmagóricos/ ora enmarcados en las raíces serenatistas del Marañón/ Los Árboles En Santo Domingo De Tauca/ así como un amigo al mediodía del cuy con papas o/ a la hora en que los cernícalos del monumento histórico / posan sus garras en el hueco del frío me hablan/ del hombre que pasa con su semana que no vuelve" (Poema del mismo nombre). Tal su vigencia y su sapiencia.
5 LA METAFORA DE SU VIDA
Hay, también, un intento de conceptualizar la poesía, de embarcamos a través de ella por las metáforas diversas de sus temas poéticos y, sobre todo, de sus significaciones; como si el poeta añadiera ciertas referencias para abrir otras puertas de su tesoro escondido. Desde aqué­lla frase en que dice ser un “poeta/ a puñetazos/ jugador/ protestatario/ de pictóricas palabras/ al servicio de la conjugación/ del AMOR” (Poema, dedicado a su madre), donde "recorrida por la académica geografía/ de la HUMANA POESIA/ que me visita cual antiguo sueño" ( Esta Noche Broncínea de Grillos), hasta afirmar que "La POESÍA es también Bonitas frases o Bonitos poemas/ como dices tú pero es TRABAJO” (POEMA Con Sistema), hay todo un proceso artesanal de concientización de la metáfora del poema, pues ya Javier Heraud dijo que la poesía es un trabajo de alfarero donde se pierde o se gana a través de los años. Y, José Pinedo, asumiendo este juego de azar, pero siempre apostando a ganador, "al servicio de la conjugación/ del AMOR", traza sus "pictóricas palabras" para concretizar la metáfora de su vida.
Pero ella no es ni debería ser de ninguna manera abstracta, sino tangible. Por eso, la mejor metáfora de su vida es aquélla donde se considera sólo un camino, un tránsito por donde los temas poéticos que ha desarrollado son sólo sentidos caminantes que siguen su propio ritmo de vida. Pues "yo soy un camino/ que cuando te miro o los dos nos miramos/ en la distancia de diferentes destinos/ hay un caminante con una esta­ca fulgente/ tras los dos lagos de tus ojos cancionísimos y/ que en la escalera de la palabra/ te deja en 76 letras la plenitud del libro"( Fragmento XVI del poema del mismo título), "porque DEMOCRACIA ES SERVIR A LA PATRIA/ Democracia no es abuso del Poder y llegar al Poder/ no es llenarse los bolsillos DEMOCRACIA NO ES INVADIR/ TERROTIRIOS NI BOMBARDEAR CIUDADES y es un CRIMEN / que por un sólo hombre se mate a ciento de hombres/ y niños DEMOCRAClA no es IRRACIONALIDAD" (Fragmento VI del mismo poema). Como se ve, pues, la metáfora valedera de su vida, es "la conjugación/ del AMOR en "la humana POESIA", y nada más.
NOTAS
“kurur", significa ovillo. Poemario publicado por las revistas Runakay de Guadalupe y La Achupalla Incendiaria de Trujillo, Octubre de 1979. Tiene poesía de Antonio Escobar, Noemí Arana y José Pinedo Pajuelo. Edición a mimeógrafo.
El poema "Pinceladas Amatorias" se publicó antes, fragmentado, en la Antología "Labios Abiertos" de Bethoven Medina, Abril de 1979. Y por primera vez, completo, en "Kurur".
La Achupalla Incendiaria. Editores, 1980
El Árbol que canta en tus ojos", José Pinedo Pajuelo, Arteidea Editores. Lima, Noviembre del 2005.
“Girando con mis labios las letras de tu piel”, José Pinedo Pajuelo, Primera Edición Runakay Editores, Junio de 1981; Segunda Edición, La Achupalla Incendiaria Editores, Abril de 1984.
“Pinceladas Amatorias: Fusión de lo erótico y lo social”, Juan Alberto Osorio, Crónica Cultural, p. 11, Nº 55, 13 de Septiembre de 1981”, Lima.
“Mi Anatomía”, José Pinedo pajuelo, Ediciones Isla Blanca, Noviembre de 1982, Colección “Vientos de la Isla”
“7 Poemas”, José Pinedo Pajuelo, La achupalla Incendiaria Editores, octubre del 2001.
“La Literatura y el Arte”, Lenin, Editorial Progreso, 1976, p. 119.
Fragmento VI de Pinceladas Amatorias.
Extracto del poema “Girando con mis labios la letras de tu piel”.
Extracto del poema “Los Pekines Históricos de Paz” del poemario “Girando con mis labios la letras de tu piel”.
Extracto del Poema “CAIA LA LLUVIA” del libro “El Árbol que canta en tus ojos”.


EL ARBOL DE LA LADERA


Cuando amanece y miras hacia el Pichincha, ves las lomitas, una junto a otra despertando también, azules por el frío y cobijadas aún por el manto de neblina. Desde el cielo, los rubios rayos del sol encienden las nubes y se derraman sobre las montañas. Es curioso ver en las cumbres de algunas de ellas, bosquecillos tímidos que dan al paisaje hábiles pinceladas de un color verde profundo.

En la ladera de una de aquellas montañas, se yergue un fuerte árbol que resiste valientemente los embates del viento, de la lluvia y aún de la contaminación. Este gran árbol no siempre estuvo allí, ni fue como es.

Sucedió, y esto me lo contó mi Mamita Luz, la abuelita más dulce del mundo; sucedió una noche de luna llena, cuando los árboles del bosquecillo de la cumbre cabeceaban de sueño, que, sin entender cómo ni porqué, empezaron a sentir una muy extraña sensación en sus ramas y aún los mismos troncos se estremecieron. Se llenaron de pánico. Era como si otra vez la tierra fuese a temblar y a remover sus raíces. Pero al miedo sucedió la calma; sólo el silencio ondulaba entre ellos y sintieron que estaban como empapados por el rocío de la mañana.

Entonces ocurrió lo increíble pues sus miradas de hojas, ahora eran miradas de ojos. ¡Sí! ¡Ya no eran árboles. Eran personas! Y eran como las que venían a acampar. Eran jóvenes hombres y muchachas que se reconocieron como los árboles de la cumbre.

Estaban estupefactos, pero poco a poco la alegría de la novedad les fue ganando cuando comprobaron que las raíces ya no los ataban. Mejor aún, las raíces eran ahora pies, descalzos pies que los llevaban de uno a otro lado. Y la alegría se transformó en júbilo y se tomaron de las manos y formaron la ronda más bella. Su danza estaba estrenando el canto de los grillos y el rumor del viento ¡Qué hermosos se veían a la luz de la luna, con guirnaldas de flores ciñendo las sienes de ellas y ramas sin florecer, las de ellos.

Pero el plenilunio duró poco y cuando la noche iba rindiéndose al día, cada uno volvió a experimentar esa extraña y perturbadora sensación y fueron árboles otra vez.

Esto sucedió durante algún tiempo, el suficiente para que el amor haga de las suyas. Entonces, una noche que resultó ser la más anhelada por algunos, ella y él, en susurros se confesaron que se amarían por siempre y se sintieron arrebatados por una música que sólo los dos escuchaban y que era el ulular del viento trayendo desde sitios lejanos, melodías misteriosas y sones profundos, arrancados de la misma tierra.

Entre los giros del baile, ella tropezó con otra muchacha; se quedaron mirando divertidas y rieron. Ella tomó la mano de su amado y siguieron desplazándose al son de su melodía. Pero él... algo pasaba con él. Y ella se lo preguntó. El dijo que la muchacha era muy bella, que no la había visto antes, que su cabello era dorado y que su perfil se iluminaba con los destellos de la luna. Entonces, algo como una burbuja de tristeza estalló en el pecho de la amada..

Y la encontró el día en actitud doliente, con las hermosas ramas doblegadas por el dolor, inclinadas hacia el suelo.

La volvió a encontrar así el plenilunio y cuando ella fue otra vez la mujer enamorada y desdeñada, volvió su mirada hacia él y lo halló ensimismado en los ojos de la joven aquella. Corrió ladera abajo, temblorosa y con miedo, con los sollozos desbordando el dique de su pecho y anegando sus rostro. Y supo que el sabor del llanto era salobre y en él presintió el furioso oleaje del mar y el chocar de las olas contra los arrecifes. Cuando se fue calmando, presintió también la espuma de las olas cosquilleándole los pies.

Y amaneció otra vez, y otra vez fue árbol con sus ramas pareciendo el cabello al viento de una adolescente el fuga.

Cada día que pasaba, el arbolillo veía que su dolor era una pérdida vital, como cuando renovaba sus hojas, como cuando una capa de corteza se sobreponía a la otra. Y esperaba sin saber qué. Esperaba.

El plenilunio siguiente la halló soñando en un mar desconocido y el desconcierto del súbito despertar la dejó plana cuando en frente suyo, como llegado de sitios recónditos, descubrió a su amado. Agitado estaba por la carrera, tembloroso por la emoción y sus ojos tenían un fulgor extraño. ¡Cuánto se habían necesitado! ¡Cuánto se amaban! Fue un abrazo desesperado y total, tan estrecho y tan amoroso que hasta ahora perdura.

No volvieron a repetirse los plenilunios aquellos, pero es fácil reconocer a la pareja feliz: un gran árbol con dos troncos entrelazados y las ramas confundidas en la ladera de la montaña.

Por el mes de agosto, los niños juegan a su sombra y trepan por sus sinuosidades para comer los maduros frutos, o para desenredar las cometas.
Marcela Garcés (Ecuador)

TRANSPARENCIA DE LUZ

Tu voz es el canto del agua
deslizando su esencia
por las rutas secretas de mi alma,
-tierra fértil roturada en espera de tu vertiente blanca-
entre los surcos ávidos de tu transparencia de luz.
Has llegado a mis ojos como las madrugadas
que esperan medios días y crepúsculos
como la noche en busca de prendedores iluminados
o como la lluvia formando ríos
y cuencas rumorosas. Estás ahí
vertical y hermosa
incendiada de amor, transformada en lucero
como el agua clarísima,
haciendo temblar los juncos
de mis manos,
inundando de aromas mis espacios ¿Cuál es la ruta para mis pies
que buscan dibujarse en el polvo de tu aliento?
¿Cuál es el pétalo,
corola delicada,
que pincela mi vida? ¿Y dónde está la hoja que alojará
el rocío de mi pecho? Mañana,
primavera, vas a ser la lluvia,

mi esperanza,
la germinación de la vida
y la repetición de la alegría.


viernes, 23 de marzo de 2007

PRESENTACION

El 07 de Julio del año 1977, apareció el numero uno de la revista literaria RUNAKAY, edición a mimeógrafo, dirigida por Antonio Escobar, Noemí Arana y Carlos Horna Santa Cruz. Hoy, en una época distinta, entramos al caber espacio para comunicarnos con el mundo. Nuestro nombre quechua que significa Humanidad, señala nuestra actitud con la realidad en que vivimos. Nuestros antecedentes, desde la fecha de aparición: 18 números editados, más de sesenta separatas de autores distintos y distantes y libros personales. Hoy estamos atentos a las inquietudes del hombre del nuevo milenio y a los adelantos tecnológicos para estar incluidos en el contexto actual y ser un amplio universo literario.

Desde ahora navegaremos con pasión para hacer una sociedad más sensible, donde la norma común sea el esfuerzo en busca del bienestar y la justicia. Para ello, los directores de RUNAKAY cuentan con el apoyo intelectual de muchos amigos que nos harán posible y fácil nuestra tarea.

Desde esta tribuna buscamos profundizar nuestras inquietudes literarias y RUNAKAY siga siendo la cima donde encontremos la luz y la esperanza.
El 07 de Julio del año 1977, apareció el numero uno de la revista literaria RUNAKAY, edición a mimeógrafo, dirigida por Antonio Escobar, Noemí Arana y Carlos Horna Santa Cruz. Hoy, en una época distinta, entramos al caber espacio para comunicarnos con el mundo. Nuestro nombre quechua que significa Humanidad, señala nuestra actitud con la realidad en que vivimos. Nuestros antecedentes, desde la fecha de aparición: 18 números editados, más de sesenta separatas de autores distintos y distantes y libros personales. Hoy estamos atentos a las inquietudes del hombre del nuevo milenio y a los adelantos tecnológicos para estar incluidos en el contexto actual y ser un amplio universo literario.

Desde ahora navegaremos con pasión para hacer una sociedad más sensible, donde la norma común sea el esfuerzo en busca del bienestar y la justicia. Para ello, los directores de RUNAKAY cuentan con el apoyo intelectual de muchos amigos que nos harán posible y fácil nuestra tarea.

Desde esta tribuna buscamos profundizar nuestras inquietudes literarias y RUNAKAY siga siendo la cima donde encontremos la luz y la esperanza.