Antonio Escobar Mendivez
Eres un arroyuelo inagotable
o palpitante pez adolescente,
el ave del amor,
pradera inmensa.
Llegaste como llega la lluvia,
a poblar de germinaciones la semilla,
con tu risa de espuma enamorada.
Yo era junco asustado
en el cuenco musical de tus manos.
Tejedora de amor,
urdiste un cesto de cariño
con tus labios.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
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