sábado, 29 de diciembre de 2007

FELIZ AÑO

Estimados amigos:

Con el corazòn lleno de entusiasmo, les dfeseo muchos èxitos en el año que comienza y la felicidad sea el camino por donde transiten siempre.

UN gran abrazo

viernes, 9 de noviembre de 2007

AMOR TRENZADO

Antonio Escobar Mendívez

Dejo sobre tus manos mis dedos trenzados de cariño,
en tus ojos mi mirada de luto,
mis besos incendiarios en tus labios,
en tu piel mis caricias aprendidas con los días.

Dejo mi amor recostado a tu lado,
palpitante,
con un cesto de besos,
mariposas
revoloteando por el jardín del alba.

Dejo mi corazón cuadriculado
tatuado en tu sonrisa,
en tus ojos
y en tu alma.

Dejo las tardes ahítas de crepúsculos,
de peces,
gaviotas,
brisa
y olas perpetuas.

Dejo la noche para el recuerdo
y la ternura,
con sus estrellas titilantes
y su cabellera de viento.

Dejo mis cantos de locura,
mi lapicero triste,
cuartillas borroneadas,
mis pasos imborrables,
mis besos que aprendieron a caminar tus labios
y este imperturbable amor que crece cada día
como el sol y la dicha.

Pienso en tu rostro de azucena
y dejo que mi corazón se inmovilice
para besarte definitivamente
en la última instancia de la vida.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Enhorabuena

antonio escobar mendivez

Quiero que seas feliz a cada instante,
en cada flor que abre en tus jardines,
en cada trino hermoso de las aves,
en el crepúsculo divino junto al mar
y en las lentas pisadas del invierno.

No quiero ver tus ojos
como tardes lluviosas y plomizas,
regando tus pestañas delicadas,
deletreando con lágrimas
amarguras estultas.

Te hablo con mis manos y mi aliento,
recorriendo el paisaje de tu cuerpo,
dejando en cada espacio
mi amor definitivo.

Déjame recostar mi cabeza
en el almohadón sincero de tu pecho,
para soñar el futuro con tus cantos,
contigo entre mis brazos,
con tus besos eternos
y tu cuerpo de cascada,
como guitarra amable
entre mis manos.

Quiero que seas feliz cada minuto
y la alondra canora de tu boca
me regale su vuelo delicado,
pentagrama infinito de dulzura
inacabable
y
tierna.

martes, 6 de noviembre de 2007

UNIVERSO DEFINITIVO

antonio escobar mendivez


Amo tu estructura vital, universo definitivo
de luciérnaga, en el jardín de mi alma,
tu aroma de rosa recién abierta o jardín enamorado;
tu presencia de mañanita iluminada,
el canto vespertino de tordos y canarios.

En el devenir del tiempo inexorable,
las manos danzan al son del infinito suspiro musical
que el corazón exhala
y los labios se dibujan en el cuaderno
adolescente y juguetón
de una luz pensativa

Dubitativamente has de mirar el cielo
y las nubes han de parir la lluvia,
tu mirada aprehenderá el paisaje,
la débil plenitud de la plántula y su gota de rocío,
el canto del grillo saltarín sobre la hierba,
la tonada eficaz del mar hermoso
y el vuelo tornasol de la gaviota.

Las pisadas seguirán acentuando el camino
sobre las hojas secas y el crujir del otoño,
un arroyuelo mojará la sed de las torcazas
y su orilla de bordará de aliento de venados,
estampando en tu alma
la fotografía de la felicidad,
para ponerla con el alba del amor,
en el portarretrato de tu corazón.

sábado, 3 de noviembre de 2007

MUJER

antonio escobar mendivez

Manantial de ternura
discurriendo sereno y majestuoso
en los predios sedientos de mi pecho.

Plantita enamorada
te poblaste de nidos y polluelos.

Retratado en tus ojos,
soy la semilla
enraizado en tu surco
regado por tus besos.

Ahora no sólo somos árbol,
también somos el nido,
el píar de las aves,
el camino de ida
hacia el eterno huerto
del amor
y la espera.

jueves, 1 de noviembre de 2007

CROAR DE LA NOCHE

Antonio escobar mendivez

Eres el canto melifluo en el aire travieso
de las mañanas puras,
camino de luz alumbrando mis pasos,
titilando en la infinitud de las horas,
estrella intermitente de mis alucinaciones.

Miro tus ojos, farolillos iluminados y el croar de la noche
vuelve a la realidad el camino polvoriento de la vida.

La luna sonríe en tu boca poblada de fresas
y tu voz es la anunciación de la alegría
sobre el lomo escamoso de la tristeza;
oscura soledad cubre el dolor crepitante de mi alma
y el verdor se abre como un libro en los campos bondadosos.

Eres el eco
repetitiva emoción de mis besos silentes,
brasa ardiente
en el inolvidable cuaderno escrito por el tiempo,
gaviota pasajera del aire iluminado y sonriente,
auscultando las huellas, diminutos puntos suspensivos,
por donde el corazón jugando las canicas se convierte
en alocado beso partiendo en dos la granada de tu boca.

¿Dónde están las golondrinas dibujantes de crepúsculos
que hacían sus nidos entre tus pestañas?
Vibración del rocío,
ternura de la hierba en las mañanas,
asómate a mis ojos para que veas el mar
embravecido haciendo olas,
dejando con espuma de risas una playa inmensa,
donde tu cabellera como algas abre su aroma
al camino celeste del amor,
estrella o rocío sobre las hojas
de los besos que tiemblan tímidos desgranando
la soledad y la tristeza.

domingo, 30 de septiembre de 2007

GUITARRA MIA

antonio escobar mendivez

Dibujas en mi lecho pentagramas,
vibrantes cuerdas,
caminitos silvestres
con aleteo de aves
píando
entre tus sueños.

Melodías me llevan a tu diestra
en vibración de agua entre las piedras,
bordoneo de rocío
y fuga de campanas.

Te recorren mis manos,
geografía de duraznos,
cascada de ruiseñores encantados,
cintura de sirena recostada en la luna,
paseándote con pasos de caoba
en las riberas de mi alma..

viernes, 28 de septiembre de 2007

PRIMAVERA DE ESTUDIANTE

Antonio EScobar Mendívez

Las tardes eran manzanas crepusculares
ruborizadas por el primer beso.

Recuerdo que en tus ojos navegaban
mis tímidas palabras,
mis libros,
los cuadernos,
mi alegría.

Tu retrato dibuja tu sonrisa de espuma,
tu mochila cansada en el verano,
descansando
en la calle feliz de tu mirada.

¿Recuerdas las canciones de entonces,
el cine sin telón y sin butacas,
las mañanas sonrientes de neblina,
la llovizna besando nuestros rostros
y las clases perdidas,
tus besos,
las mentiras orando avemarías,
aquél hermoso tiempo
que me trae nostalgias?
Cuelga el tiempo
en mi pecho tu retrato,
de aquellas primaveras de estudiante.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

JUNCO ASUSTADO

Antonio Escobar Mendivez

Eres un arroyuelo inagotable
o palpitante pez adolescente,
el ave del amor,
pradera inmensa.

Llegaste como llega la lluvia,
a poblar de germinaciones la semilla,
con tu risa de espuma enamorada.

Yo era junco asustado
en el cuenco musical de tus manos.

Tejedora de amor,
urdiste un cesto de cariño
con tus labios.

viernes, 31 de agosto de 2007

EL AGUA DEL AMOR

Antonio EScoabr Mendívez

El mar nos acogió con un festín de olas,
escuchamos las voces de los peces
como cantos de amor al universo.


Escuché ebriamente tus palabras,
aleteo de guanayes tiernos,
mirando rubricar en el cielo,
a pardelas alegres,
la eternidad del beso.

Loco de caracolas y sardinas
guardé el cielo en mi alma,
revisando aberturas para que no saliera;
dibujé con las nubes mi destino,
roturé tu jardín para sembrar estrellas
y cosechar tu luz en mis ensueños.

Fui dichoso cual árbol
poblado de aves y de nidos,
echando mis raíces en tu alma
incendiada de ternura.

Caminamos como el sol con el día,
robándole al amor su claridad sagrada,
su risa desgranada al mediodía,
con la esperanza de ser como la brisa
o la bondad del pan
en la boquita trémula de un niño.

miércoles, 29 de agosto de 2007

OCTAVIO POLO BRICEÑO


Letras Liberteñas

Escribe: Blasco Bazán Vera,blascobv@hotmail.com

Octavio Polo Briceño, nació en Cajabamba el 9 de julio de 1928. Hijo de Santiago Polo Rodríguez y Rosario Briceño Osorio, autodidacta. Llegó a Pacasmayo a residir desde 1959 a la fecha. Pertenece a la Iglesia Evangélica Bautista donde fue su Pastor. Escribió desde muy niño su cuento “La Pluma” que le devino muchas satisfacciones. Incansable lector e investigador. Sencillo y ameno. Su Biblioteca Particular ha sido visitada por casi todo Pacasmayo, pues, caso curioso, digamos mejor, anecdótico, hasta 1985, en toda la provincia de Pacasmayo no ha habido una Biblioteca más rica en bibliografía que la de el Pastor Polo Briceño. Casado con la distinguida norteamericana dama y escritora Grace Wood Vannetta y padre de Juan, Esteban y Felipe que destacan en diversos campos del saber.
Ha publicado en 1975 “Estampas Pacasmayinas” donde con pluma fácil y atinada describe los personajes más representativos del folclor del distrito de Pacasmayo. Luego en 1978 edita su libro “Pacasmayo Histórico” donde nos brinda con lujo de detalles, datos inquietantes del antiguo Pacasmayo resaltando sus figuras más encarnadas y dándonos nuevos y señeros datos históricos a granel.
Octavio Polo Briceño, de estatura más baja que alta. De hablar sosegado. Amigo hasta lo máximo. Inteligente. Presto a solucionar las inquietudes estudiantiles de todos los que visitaban su biblioteca familiar, jamás le importo alguna retribución. Sirvió a todos con la misma humildad de los nacidos para ser grandes.
Siempre ruiseño y no siempre dicharachero. Infinidad de estudiosos lo visitaron constantemente y para todos hubo satisfacción a sus expectaciones. Don Octavio fue un manojo de bondad y se dio tiempo para todo. Los domingos cerraba la biblioteca del saber y se abría La Casa de Dios que el pastoreaba. Lo curioso era observar que sus fieles después de culminada la conversación con Dios, se quedaban a disfrutar de los múltiples e interesantes juegos que contenía su recordada biblioteca.
Allí, pacientemente fue dando forma a sus libros que luego salidos a luz disfrutábamos en demasía. Por las tardes y hasta altas horas de la noche la biblioteca semejábase un colmenar. Octavio Polo, se abastecía para todos y discreto apuntaba para comprar, de su bolsillo, el libro que faltaba.
Sin duda alguna, este distinguido escritor, había nacido para servir, y lo hizo con creces pues todo Pacasmayo y alrededores lo recuerdan con cierta reverencia y sí con demasiada gratitud.
En honor a su destacada labor literaria y desinteresado apoyo a la educación que nuestro escritor brindó a la juventud estudiosa pacasmayina, el año 1996 la Honorable Municipalidad Distrital de Pacasmayo, edificó un moderno local destinado a funcionar como biblioteca y en brillante acuerdo, designó que la flamante Biblioteca Pacasmayina lleve por nombre “Octavio Polo Briceño”.
Nuestro literato ha publicado: “Pacasmayo” en VI Tomos, “Estampas Pacasmayinas” y “Pacasmayo Histórico”. Octavio Polo falleció el año 2005. www.blascobazan.blogspot.com

INAUGURACION DEL AMOR

Antonio Escobar Mendívez

Mis pasos te buscaron
entre la suave aurora y el silencio.

Imaginé tus ojos como estrellas
titilando a lo lejos
mirando otros paisajes
y otros cielos
deshojando aromas de geranios y azucenas.

Mi ternura arrancaba a la miseria
sus espinas malignas
y mis zapatos rotos,
sonreían alegres
a mis camisas tristes.

¿Qué hacías,
entre tanto,
sin saber de mi aliento?
¿Diseñabas un futuro celeste
caminando hacia el cielo?

Tu infancia se mecía en la risa del tiempo,
bajo la sombra amada de la dicha.

Eran lisos guijarros
mis pisadas
sedientas de tus pasos.

Eras agua de lluvia
tintineando mis tierras.
El sol estaba inmenso y carcajeante
al mediodía del beso.


Mayo nos dio sus rosas
y su jardín entero
para el canto del alma,
mientras se desbordaban los luceros
en las noches serenas.

Hablaban nuestras manos
recorriendo los días,
por el desfiladero de la dicha
y se posó en tu boca
una gaviota alegre
con aliento de mar
y blancura de olas.

Te pedí que te quedes,
sembrada en mi destino,
para que nazca el fruto
de la lluvia y la tierra.

martes, 28 de agosto de 2007

INCENDIO DE AMOR

Antonio Escobar Mendivez


El hogar es fogón lleno de aromas,
maderas encendidas,
con rescoldo de pasos
y cariño.

Pasean por allí besos sonrientes,
sumándole más leños a sus llamas.

El corazón se nutre de su fuego,
incendiando de amor
sus laberintos.


Cada uno es un aire que lo atiza:
Los hijos, la mujer, los hijos de los hijos
y se convierte en árbol,
en mar lleno de peces,
en aves que se alejan y regresan.

Este fogón jamás será cenizas.

Sus brasas seguirán
siendo luceros.

viernes, 24 de agosto de 2007

LOS SANTOS TIENEN HOY MUCHO TRABAJO

CORREO DE SALEM
Por Eduardo González Viaña




Hay tantos santos en el Perú que, cuando un peruano muere, el cielo debe de resultarle más o menos familiar.

Comencemos en 1581. Ese año llegó al Perú un nuevo arzobispo, Toribio de Mogrovejo, quien de inmediato se dedicó a realizar visitas pastorales. Un poco más arriba de Lima, en Quives, confirmó a una niña muy bonita de nombre Isabel Flores de Oliva (1586-1617). Rosita, como la llamaban, regresó luego a la Ciudad de los Reyes con sus padres para residir en el barrio de San Sebastián. En esa misma parroquia, había sido bautizado seis años antes Martín de Porras.

Martín tenía un gran amigo en la Recoleta de Santa María Magdalena, cuyo nombre era Juan Macías. Juntos escuchaban la prédica de un verboso franciscano llamado Francisco Solano. Los cinco, Toribio, Rosa, Martín, Juan y Francisco, subieron a los altares y fueron los primeros santos del Perú.

Fueron los primeros, pero no los únicos. Durante el paso del siglo dieciséis al diecisiete, decenas de mujeres se encerraban en sus casas, hacían prolongados ayunos, se azotaban y vivían en permanente oración dedicadas a la vida contemplativa.

La Santa Inquisición, sin embargo, no hacía distingos entre santos y pecadores. De la misma forma que perseguía a supuestos herejes, judíos, fornicadores, brujas, lisurientos e incluso a los dormilones que no iban a misa, sospechaba también de quienes exageraban las prácticas cristianas fuera del convento.

Muchas de las beatas contemplativas fueron empujadas a espantables cárceles y torturadas hasta la muerte para que declararan que no era Jesús sino el demonio a quien rezaban. Los inquisidores no querían que la iglesia perdiera la exclusividad ni el liderazgo en los rituales, y fue por ello que incluso Santa Rosa fue investigada.

La crucifixión, el potro de estiramiento, la quemadura de pies y el entierro subterráneo fueron aplicados con tanto dispendio que casi siempre se lograron las confesiones autoinculpatorias. En la hoguera y a fuego lento de leña verde fue quemada una pobre mujer quien suponía ir a misa desde su casa hasta la Iglesia de la Merced, levitando...

No sólo la Colonia nos ha deparado santos. En el Perú, como en otros países de similar ancestro, hay misticismo en todas partes. La religiosidad alternativa aparece en el panteón y en los caminos, y se apodera de un espacio paralelo al de los cultos tradicionales de las iglesias establecidas. La mezcla de las religiones indígenas con la africana y la católica produce una creencia que devora y hasta una necesidad de santos, fuera de los linderos de la iglesia oficial. Los peruanos son místicos y lo han sido siempre a pesar de su inquisición criminal y de sus arzobispos.

Sarita Colonia es un ejemplo. No será canonizada. No cumple con las exigencias sociales o raciales para ello. Sin embargo, un pueblo pobre entre los más pobres del mundo la ha declarado santa, y lo es de quienes más necesitan y no tienen acceso a un abogado sobrenatural, los pobres, los presos, los ladrones, las prostitutas, los desocupados, y en estos días los clandestinos y asombrosos inmigrantes.

En los accesos subrepticios a los Estados Unidos, muchas personas con identidad falsa aprietan en la mano el dije de Sarita o tienen un escapulario suyo cosido a su ropa interior, y confían en que Sarita los ayudará a pasar sin ser advertidos.

Los devotos de Sarita, de la Difunta Correa, el Gaucho Gil, la Santa Muerte y Jesús Malverde, del Perú, Argentina y México saben que sus santos los volverán invisibles cuando en el desierto de Arizona sean perseguidos a muerte por los malditos “Patriots”, unos paramilitares racistas que se creen encargados de guardar la pureza racial de los Estados Unidos.

Son tan pobres que a veces no tienen imagen. De Sarita sólo se conserva la ampliación de una niña menuda en un retrato de familia. El letrista de los “Tigres del Norte” solicitó en México que le hicieran una estatua de San Jesús Malverde.

-Pos resulta que no sé cómo era el difunto.

-No importa. Hágalo nomás con la cara de Pedro Infante.

No tienen imagen, no tienen historia. Pero pertenecen a un pueblo cuya larga espera lo ha convertido en santo. En estos días, todos los santos tienen un trabajo inmenso.

Amigos del CORREO: Los invito a ver el video entrevista que Centro literario de Florida y Univisión me hacen a propósito de “El corrido de Dante”. Hagan clic en:
http://www.literart.com/cor.htm

MERIDIANO DE TU ALMA


Antonio Escobar Mendívez


Alzo mis manos para alcanzar la noche deslunada,
tus pasos de gacela dibujan horizontes sin fin
sobre las hojas tenues del viento y sus silbidos.

¿Qué era tu silencio y la palabra?
¿Dónde estaba la luna tejiendo o destejiendo arpegios y dulzuras?

Incógnita mirada espejeaba la noche,
chispa en el cielo de este espacio,
distancia sonriente en la que tu voz rompía el cascarón de la mudez;
infinidad de trinos salían de tu boca
y de tus manos caricias hilvanadas con cariño.

Quedaron tus pasos repujados en las piedras
con tu sonrisa de jazmines;
trémulas huellas de luceros
hacían adiós en el recuerdo.

Risas como cascadas sonando interminables, suaves, espumantes
y un rosario de palabras en las redes del tiempo.

Tu risa es la sonata que brota
en el meridiano de tu alma,
océano sobre el lienzo
de tu albina bondad.

jueves, 23 de agosto de 2007

VEN

Antonio Escobar Mendívez

Ven
eleva tus manos,
como golondrina,
en el cielo augusto
de mi corazón.

Deja tus cabellos
volando
en la aurora,
destrenza tu alma,
dobla tus dolores
y plancha tus penas,
en el terciopelo
de tu juventud.

Tú tienes la fuerza
del Ande
en tus manos,
en tus ojos
llevas
agua de bondad
y la fuerza ignota
y el valor
y el ansia,
están dibujadas
en tu corazón.

Ven,
sigamos creciendo,
como primavera,
volando en los días,
con la libertad.

miércoles, 22 de agosto de 2007

MUCHACHITA TRAVIESA

Antonio Escobar Mendívez


En la orilla del crepúsculo,
muchachita traviesa,
encantadora,
comprendí tu lenguaje de sirena,
tu vuelo silencioso de paloma
y tus ojos guardando mi ternura.
Ahora compartimos arrozales,
el idioma común de tulipanes,
la dulzura sin fin de las ciruelas,
el canto esperanzado de los tordos,
melodía feliz de tu sonrisa.


Hoy delineas la dicha de los días
con el lápiz marrón de tu mirada
y el encanto de tu voz
de ruiseñor triunfante.
La vida va creciendo como la primavera
con tu bondad de agua
en la suave palpitación de las tardes hermosas.

Yo dibujo tu cuerpo con mis ojos
y con óleos de amor pinto tus sueños
y en un marco dorado,
esposa mía,
cuelgo en mi corazón,
tu retrato perenne,
tu paisaje.

sábado, 18 de agosto de 2007

Antonio Escobar Mendívez


Eres luz, en la huella hacia la aurora,

también aroma,
con el aire cotidiano,
estructura amical
para mis manos torpes,
risa de ave
sobre el árbol tenue.
Senderos de bondad tienen tus ojos,
espejos donde el tiempo pinta tu alma
de niña alegre y tierna;
arroyuelos donde mi voz se nutre,
para tejer un canto.
¡Mira el cielo estrellado y pinta con tu risa la esperanza!
Primavera trenzando aromas,

para el alma cantando en tus raíces:
¿Dónde empieza tu pétalo, tu rama?
Agua para mi sed, luz para el mundo,
eres el mar con una playa inmensa,
crepúsculo encendido para la noche.
El aire juega con tus cabellos

y sus manos de nada
tejen una caricia.
En el cuenco de tus manos,

la luna bebe un bálsamo
para la soledad.
A la vuelta de una estrella
te miro solamente.
Ola reventando en mis ojos.
Zozobra entre el crepúsculo la tarde
e invade de luceros los caminos,
de luciérnagas, la luz; tu voz
canta
amotinada en el tiempo.

Alza hasta aquí tu vuelo de paloma
y dime dónde el canto se detiene,
en qué trino de luz,
rama de viento,
en qué suspiro rojo,
dibujando en tus labios
dos cerezas.

viernes, 17 de agosto de 2007

ALFABETO DE LOS DIAS

Antonio EScobar Mendivez


Pudo llamarse lirio,
lámpara o estrella. Quizá debió ser liana,
para atar su figura

a mis latidos. Por su olorosa esencia,
debió ser un jardín lleno de rosas,
un panal,
donde bebí goloso
su dulzura. Con ella fui aprendiendo
el alfabeto de los días, l
a A del amor,
con sus palabras buenas
y la Z del zumo oloroso
de su corazón,
hoguera eterna. Así aprendí que el amor
es lámpara votiva
alumbrando los caminos del mundo.

miércoles, 15 de agosto de 2007

LATIDO IMPERFECTO

Antonio Escobar Mendívez


No busco la perfección de la palabra,

ni rutas ya creadas. Soy camino
y hay espinas
que hieren
las huellas de mis manos,
el latido imperfecto
de mi pecho,
mi embriaguez,
mi caos interior
y mi ternura.
Intento aquel camino,
la infinitud del beso.

Dame un minuto/ un pedazo de cielo,
para arreglar mi inquieto corazón
y mi cerebro
en la geografía
de mi cuerpo.

Aquí zumba la vida,
colibrí soñador,
amor y dulcedumbre.

lunes, 13 de agosto de 2007

INOCENCIA

Antonio Escobar Mendívez

Eras plantita
floreciendo,
al ritmo primaveral de la ternura.

Amaba tu inocencia de gaviota,
tu vocecita dulce,
tu forma de botella ornamental,
tus pisadas de aroma,
tus besos infinitos.

Tu cuerpo estaba hecho a mi medida,
como suave sandalia.

En las tardes,
tus manos
deshojaban caricias
y tus palabras eran la explicación del paisaje.

Te dije que eras una arañita
y buscaba en tu piel la repetición de la brisa.

El mar garuaba nuestros rostros con su espuma.

Te fuiste con el viento.

Ahora eres recuerdo
o golondrina bañada de silencios.

sábado, 11 de agosto de 2007

Antonio Escobar Mendìvez


¿Por qué la duda,
pedacito de cielo,
golondrina volando en el crepúsculo?
¿Dónde está el aroma infinito de tu pelo?
¿Tus pisadas de luz en mi sendero?

Mira las ventanas del cielo,
la garúa sobre la piel temblorosa.

Mañana han de estar tristes los manzanos,
las aves olvidarán sus nidos,
entre los recovecos de las ramas
y su piar, dolorosa letanía.

Gozosa sensación de aliento de neblina en la mañana fría
para tu piel de raso,
o el pasto que se quiebra debajo de tus pasos
para acariciar la distancia,
tu perpetua sonrisa
o tu seriedad de adolescente asustada

Las rosas deshojarán aromas,
las nubes ovejitas mansas en el lomo del cielo,
el sol ablandará su luz para tocar tu piel de porcelana.

Déjame recorrer con palabras, tu geografía de paloma
para el retrato de tu rostro en mi retina.

Crepúsculo asustado y tembloroso,
las garzas vuelven a calentar sus nidos y soñar pececillos
o diseñar lagunas pobladas de langostas;
mientras sigas siendo nube en el cielo de la ausencia.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Concierto de amistad

Antonio Escobar Mendìevez


Vibración de armonía
en tu mirada de azucena,
ensoñación de música,
camino infinito de esperanzas,
árbol coronado de nidos
echando raíces profundas
en busca del agua subterránea.

Arriba,
el piar,
la floración,
la bandada de nidos en la copa
iluminados de entusiasmo;
la fructificación de los aromas,
en el día total,
en el concierto de amistad,
ilimitada esencia,
amor a plenitud,
al infinito.

jueves, 2 de agosto de 2007

PETALOS MUSTIOS

Antonio Escobar Mendivez


Te tuve temblorosa
entre mis manos,
vi tus pétalos mustios,
tus estambres caídos,
tu marchitez temprana.
tu agonía.

Te dejé entre el rocío,
con el verano
ardiendo
al mediodía.

El viento juguetón,
te llevó hacia el crepúsculo,
a la lluvia,
llenándote de espuma
y de colores,
en la inmensa
llanura
del silencio.

miércoles, 1 de agosto de 2007

VISITANDO EL DUENDE

Marcela Guevara Luna

-No era ni feo, ni enano, ni llevaba un sombrero enorme. Pero le llamaban Duende porque lo que escribía lo publicaba en las noches, cuando todos dormían…y porque era genial. Al día siguiente, como pinchazos con la punta de una espada, sentían en sus conciencias las autoridades de la Real Audiencia de Quito, las proclamas libertarias, y las denuncias que había escrito y pegado en los lugares más visibles de la ciudad, nuestro Eugenio Espejo, el Precursor de la Independencia. Nadie sabía quien era el autor… ¿Estás escuchando, niña?
De la nubecita turquesa que las ha traído gentilmente hasta acá, saltan Maye y su Abuela, los treinta centímetros que faltan para llegar al suelo. La sombrilla se ha cerrado y cuelga elegante del brazo de la mujer mayor. Ahora están caminando por los corredores de un hospital; cuando ingresan a la sala, observan a un hombre moreno seguido por un niño muy parecido a él, como de diez años que acuden a donde se halla una anciana acostada en un camastro; la mujer tirita y delira. El niño le acerca una jofaina con agua y el hombre le dice:
-Eugenio, hijito, colócale una compresa húmeda en la frente y después de un rato se la cambias; no te aburres, ¿verdad?
-No, Papacito. ¿Está bien así?
-Está muy bien.
El muchachito permanece junto al lecho de la anciana enferma. Entonces, las mujeres se percatan del olor nauseabundo del lugar y querrían salir, pero la voz del niño acompañando a su padre, les llama la atención.
-¡Yo quiero aprender a curar como el Padre José y como su merced, Papacito para ayudar a la gente! – dice el niño.
-Sí, hijito, si te empeñas, lo vas a lograr. Recuerda que tú, ahora, eres pequeño pero no hay tarea pequeña. Cada cosa que hagas, hazla bien!
-Bueno, Papacito. ¿le paso agua a don Domingo?
-Si, y se la das a sorbitos porque está muy débil.
Desoladas, miran las dos mujeres una procesión de indígenas llevando en pobres angarillas los cuerpos de otros indígenas que han muerto por la fiebre amarilla contraída en los obrajes. Sábanas que debieron ser blancas los cubren y van camino de la morgue. Se sienten muy tristes, tanto que huyen del lugar por los corredores del hospital; corren en busca de las gradas que las conducen por la escalera de caracol hasta el campanario de la Iglesia del Hospital de la Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, que es donde se encuentran. Abren la sombrilla y ésta las eleva hasta depositarlas en una nubecita verde. Se recuestan y sienten en el pecho como un dique a punto de romperse. La Abuela aprieta a la niña contra su corazón.
Al sentir un leve sacudón, caen en cuenta de que ya están otra vez en su terraza. El sol pega fuerte y la Abuela le dice:
-¡Cuánto nos hemos dormido! No debemos ver mucha televisión, nena…
Han bajado, y en el comedor, la Madre las espera.
-Están conspirando, ¿he?
-No, Mami. Sólo que Eugenio se veía muy flaco. .
-¿De cuál Eugenio hablan?
-Del Duende, hija.
-¡Hoy están muy extrañas las dos!
-¿Iba a la escuela Eugenio?
-Claro, mi vida. Y por no ser blanco sufrió discrimen, burlas y ofensas, pero como sabía que debajo de la piel, todos somos iguales, no bajaba la cabeza, al contrario, estudiaba mucho y superaba a sus compañeros en aplicación y constancia. Tenía una inteligencia poco común.
-Y, ¿qué más?
-Que a los veinte años, alcanzó el título de Médico; que leyó mucho y de lo mejor de su tiempo para nutrir su hambre de saber. Que fue nuestro primer Bibliotecario…Pero, sobre todo, que tenía conciencia de que la libertad era un bien valioso del que no disfrutaba el pueblo, amordazado y explotado por los poderosos y que él debía hablar por su pueblo.
El cielo tiene nubarrones grises y un relámpago destella; el trueno es tan fuerte que las hace sobresaltar.
-¡Huy! ¡Va a llover! ¡Vamos, niña, a recoger la ropa de la terraza!
La ropa, hecha un gran montón sobre la cama, está agradablemente tibia y Maye, sin pensarlo dos veces, se refunde entre las prendas y otra vez está cabalgando, ahora, en un cúmulo azul, apegadita a la falda de su Abuela, sobre el cielo quiteño, hasta que las deposita suavemente en el patio de una casa desconocida y antigua.
- ¡Es una casa de la época de la Colonia! ¡Abuelita! ¡es igual a la que vimos en el Museo de la Ciudad! En esa ventana hay luz. ¿Quién será el hombre que está escribiendo?... ¡Es Eugenio Espejo, ¿verdad, Abuelita? ¡ Está tal como en el dibujo de mi libro de lectura!
Y el gran hombre, como si sintiera la presencia de ellas, vuelve a mirar; la niña y su Abuela se encogen y se quedan inmóviles. Lo observan cuidadosamente y ven que tiene fruncido el ceño y que ha apoyado el mentón en su mano izquierda; con la pluma en la derecha, golpea suavemente el escritorio. Finalmente, introduce la pluma en el tintero y continúa escribiendo.
-Debemos entrar. ¡Hace mucho frío! – dice la Abuela.
De puntillas Maye, y su Abuela, se acercan al escritorio. Miran como los trazos seguros y enérgicos traducen en palabras el pensamiento del incomparable Duende.
-No se entiende; parece otro idioma.
-Es latín, mi vida. El sabe algunos idiomas, susurra la mujer mayor.
Miran cómo copia el mismo texto en otras cuartillas con idénticos trazos. Una cruz roja dibuja con otra pluma y va apilando las hojas. Cuando ha concluido, se levanta y se dirige a un costado de la habitación; toma su capa y bien embozado, con las cuartillas ocultas bajo el brazo, sale. La puerta queda entornada; sus pasos resuenan en el empedrado de las calles de Quito..
A pesar del frío, salen a espiar al Dr. Espejo. Lo divisan al final de la calle a la luz indecisa de un farol que pende de un poste. Pero él está en plena esquina, afirmando un papel sobre la superficie de una cruz de piedra que se perfila débilmente a la luz del farol.
-¿A esto te referías Abuelita, con lo de Duende…?
-Si, mi chiquita. Denuncia lo que es injusto y persiste en despertar las conciencias.
Ha empezado a lloviznar; piensan en la sombrilla con que se cubren cuando salen a tomar el sol en la terraza y como a pedir de boca, ésta aparece en manos de la Abuela. La abre y sin más, las eleva. De a poco, un agradable calorcito, va subiéndoles desde los pies.
-¡Abuelita, soñé en el Duende!!
-Después me cuentas Maye. Vuelve con tu Mami.
Y la Abuela se alista para ir al trabajo.
El día pasa volando y otra vez están juntas Maye y su Abuela.
Suben las dos mujeres a la terraza y en la penumbra de la tarde que declina, riegan sus geranios. Traviesa, al capricho de un vientecillo leve, se desliza la sombrilla por el enorme patio. Maye corre tras de ella y la ase con las dos manos; al dársela a su Abuela, arrecia el viento y sienten como se elevan sobre su ciudad. Se acomodan, sin soltarla, sobre la nube azul rey donde las ha depositado la sombrilla y con los ojos entrecerrados, sienten que se desplazan por el infinito espacio.
Cuando ha concluido el viaje, están en un corredor de piso de tablas muy pulido y limpio bordeado de macetas con geranios rojos, blancos y rosados. Tras la ventana de una habitación, se ve la luz de una vela. Una sombra se proyecta y sale por la puerta una mujer con una palangana en las manos. La oyen sollozar mientras se aleja hacia fondo del corredor. La puerta ha quedado entreabierta y por ella penetran Maye y su Abuela, con algo de temor.
- ¡Es el Dr. Espejo! Y parece que está enfermo! –susurra la niña.
El Dr. Espejo yace en el lecho, pálido y débil. A velocidad vertiginosa pasan por la memoria del preclaro librepensador los recuerdos recientes del encuentro en Bogotá con su coterráneo Juan Pío Montúfar, con Nariño, y los próceres colombianos que igual que él sueñan en una Patria libre de los españoles y de su yugo; la Sociedad de Amigos y el Periódico Primicias de la Cultura de Quito, las persecuciones y los apresamientos. Sus amados libros, su padre advirtiéndole ser prudente. Velozmente, pasan los rostros de sus hermanos, el cura José y la valiente Manuela. Siente que esos recuerdos ya no le pertenecen y se ve envuelto en una especie de bruma; dulce, suavemente, se deja llevar hacia la inefable paz.
La pequeña y su Abuela, ven que el rostro del Dr. Espejo tiene una expresión risueña, aún su color ha mudado. Es como si estuviese apaciblemente dormido.
En puntillas se retiran con un nudo en la garganta y cuando han salido, ven avanzar la sombra de Doña Manuela, llevando la palangana con agua fresca.
Buscan la sombrilla y la abren. Al tiempo que se elevan sobre la blanca casita, escuchan el llanto angustiado y doliente de Doña Manuela porque su hermano ha partido. Pero ella sabe que las ideas no mueren; ya se encargaría de testimoniarlo a lo largo de su vida, con José Mejía Lequerica, su ilustre esposo.
Las ideas del Dr. Eugenio de Santa Cruz y Espejo, en efecto, no murieron; siguieron viviendo en la voluntad de los próceres que amaron a la Patria y lucharon soñando con verla libre.
Maye y su Abuela caminan ahora por la calle de las Siete Cruces y sienten un sobresalto cuando recuerdan la alta silueta del Dr. Espejo, afirmando, aquella noche fría y obscura, sus proclamas libertarias y sus denuncias sobre la superficie de una de ellas…

PASAJERA DE LA NOCHE

Antonio Escobar Mendívez

Susurros entre bombillas de neón,
tu voz
y risas acariciando la noche.


Ebrias botellas palpitantes en mis manos
desbordando alegría
en la hora suprema de la luna.

“El tren que nos separa
me aleja más de ti
un año no es un siglo
volveré…”
Tus pasos besan las aceras,
en busca de la vida,
cantándole entre copas y humo
melodías sin fin.

Pasajera de la noche,
no te importaba el tiempo,
sino el placer de temblar
definida en caricias
alzadas a la altura de los besos.

La calle se hizo sierpe mordiendo la manzana,
mientras abordabas
el tren iluminado y titilante
de la alborada fría.

martes, 31 de julio de 2007

RUMOR DEL AMOR

antonio escobar mendivez


Silencia con tu índice mi alma,
calla mi corazón;
silencia con estrellas sus latidos;
para que nadie sepa
el rumor del amor y su belleza.

Nadie debe saber
que se inundo mi alma de ternura,
que el mar reventó olas en tu boca,
que hay música de amor sobre tu cuerpo.

Nadie debe saber que tu mirada
guarda sueños celestes y alboradas,
que somos unidad
brillando en los luceros
del rocío.

Aquí tú y yo tan sólo
somos alas,
volando hacia el almíbar de los besos.

Tú no sabes de mí sino que te amo,
parado en una esquina del silencio
esperando la lluvia de caricias.

viernes, 27 de julio de 2007

DIAS DE RADIO

Correo de Salem
Por Eduardo González Viaña (*)
Enrique Córdoba de la cadena Caracol cumple hoy 20 años transmitiendo desde Miami. Éste es un homenaje para él y para Carlos Burméster que, desde Trujillo, Perú, nos demuestra cada día el tremendo poder de la radio.
“ Ábrense las puertas sonoras de la radionovela Ace para llevar a ustedes la emoción y el romance de un nuevo capítulo… Mientras tanto crujieron los leños de la chimenea, se azuzaron las llamas, resonaron los goznes de las pesadas puertas, la noche cayó sobre la isla, la tempestad remeció los árboles, se insinuaron unos pasos insinuantes, tibios, casi sagrados, y Karla, la joven marquesa se arrellenó en uno de los negros sillones olorosos a cuero, a sueños y a recuerdo. En ese instante”No se llega a saber lo que ocurre en ese instante porque una voz muy seria interrumpe la escena para aconsejar a las amas de casa que antes de ir a la escuela, sus hijos tienen que decir buenos días con Nugget y recordar que Kolynos combate las caries… y un coro de voces que bajan del cielo proclaman que “se acabó el jabón, qué vamos a hacer. Ace lavando, yo descansando. Ace lavando, yo descansando”Hablo de la radio y de sus días, que en mi pueblo fueron más bien noches porque no había servicio eléctrico diurno, y recuerdo esos tiempos porque recientemente he escuchado dos de las radios que poblaron con recuerdos e historias asombrosas los días más mozos de mi vida. Por coincidencia, también he hablado con dos amigos que las personifican. Me refiero a Carlos Burméster Landauro de Radio Libertad de Trujillo y Enrique Córdoba Rocha de la Cadena Caracol de Colombia.La Cadena Caracol de Colombia inventó para mí el concepto de América Latina porque en el soleado puerto del Pacífico donde transcurrió mi infancia, Pacasmayo, el largo desierto borraba las voces emitidas desde Lima y desde cualquier otro lugar del universo, pero no las de Caracol. Sus ondas saltaban montañas inmensas, esquivaban los vientos del bosque, seguían el curso de los ríos y se internaban en el desierto para llegar hasta nuestros oídos como la confirmación de que existía una América loca y apasionada en la que habíamos tenido la suerte de nacer. Música de todo este continente mágico llegaba con ella. Tangos, boleros, mambos, pasillos, corridos, cumbias y hasta valses peruanos se alternaban con voces fantasmas que nos hablaban desde la fortaleza de América, en Cartagena de Indias, desde la ventana bogotana de donde Bolívar saltó para escapar de los conspiradores o desde un barco despacioso que se adentraba en el infinito cauce del río del amor, el Magdalena.Enrique Córdoba Rocha es hoy la voz más conocida y grata de la Cadena Caracol, tal vez la que más lejos llega en el mundo porque su radio está ahora instalada en Miami y él puede ofrecer a los “latinos” que viven en los Estados Unidos y a los que permanecen en el sur del continente un mensaje que es tiene tanta gracia como nivel. Suele viajar por todo el planeta, siempre con el micro, y entrevista tanto a políticos como cantantes, escritores como artistas de cine e incluso gatos y fantasmas. Nacido en Cartagena, abogado y diplomático de carrera, hace tiempo que dejó esas ocupaciones por los ajetreos del periodista viajero, y el resultado son las entrevistas que todos los días le escuchamos, y un par de libros encantadores “Mi pueblo, el mundo y yo” y “Cien voces de América”En Miami, hace poco, le pregunté de cuándo venía su vocación, y me enteré que era algo genética. Su padre era profesor y recitador, y tenía una memoria tan gigantesca que a veces declamaba durante varios días. En una ocasión, venció todos los records anteriores al pasarse toda una semana recitando y, como no había un poema que durara tanto, se aprendió de memoria las quinientas y tantas páginas de la novela “María”.Carlos Burméster Landauro de Radio Libertad en Trujillo, Perú, tiene su emisora en una revista de papel y en el internet, y por lo tanto es posible que los nostálgicos escuchemos su radioperiódico “La Voz de la Calle”, y las novelas de las 3, las 4, las 5 y las 6,. Pero hay algo más novedoso que todo eso, la maravilla del web nos va a permitir explorar el Museo de Voces en el que se han quedado grabadas -repitiéndose hasta la eternidad y la afonía- las palabras que dijo Hemingway en su visita a Trujillo así como las que pronunciaron centenares de otros personajes a lo largo de la segunda mitad del siglo veinte.El padre de Carlos, el doctor Carlos Burméster Barrionuevo, fundó la radio hace exactamente cincuenta años. Abogado y periodista polémico, el fundador de “Libertad” se dio el lujo de oponerse y discrepar permanentemente con el partido político que por entonces era el mayoritario en la región. Cuando algunos fanáticos le pusieron una carga explosiva y le volaron la antena, Burméster puso otra de inmediato, y volvió a las andadas con el coraje de siempre.Aunque la “Voz de la Calle” tiene un estilo irónico y pleno de sentido del humor, es notable su respeto por las ideas ajenas y por el honor de las personas. Me gustaría abundar en sus contenidos, pero no puedo aguantar la gana de recordar un programa matutino que dirigía el fundador. ¿Cómo se llamaba este programa? … No importa. Comenzaba muy temprano antes de las 7 de la mañana. El doctor Burméster leía las noticias, las comentaba con mucha gracia… y de repente comenzaba a despertar a sus hijos: “Carlitos, ya es hora de que te levantes y lustres tus zapatos con Nugget” “Nenita, ¿a que hora vas a tomar el desayuno, hijita? Supongo que te estarás lavando la cara con Camay, el jabón de las reinas de belleza”Me gustaría seguir recordando y viviendo la radionovela del inicio de esta nota, al igual que relatando las historias de Caracol y Libertad, pero cuando lo intento, comienzo a ver y escuchar “burbujita, burbujita, burbujita de la Sal de Uvas Picot. Cuando alguien tiene mala digestión, al instante burbujita entra en acción.”

CANCION DE AMOR

Antonio Escobar Mendìvez

La primavera del amor partió contigo
cuajada de color,
la tibieza del sol
y el canto de las aves.
A cambio me dejó,
tormentoso dolor,
un camino

de olvido.

Hoy soy un ruiseñor,
sin ninguna canción,
sin cielo y pentagrama.


¿Repiten tu mirada otras pupilas?
¿Las abejas preparan su mielumbre
en el amén del beso?

El adiós es un lienzo colgado en el recuerdo
y tus pisadas,
esta canción de amor
que recorre tu cuerpo.

viernes, 20 de julio de 2007

AUSENCIA

Antonio Escobar Mendìvez


Cuando vayas sin coger mi mano,
por los caminos recorridos juntos;
cuando otros labios
pronuncien tu nombre
y ya no escuches mis palabras torpes;
cuando ya no me quieras,
recogeré mis labios de tus besos,
limpiaré mis caricias de tu cuerpo,
doblaré con cuidado al amor
y no le duela,
tener que trasladarlo a otro paisaje.

¡Ay pobre amor!
amor,
sin el calor amigo de tu cuerpo,
sin el remanso dulce
de tus ojos,
sin la canción temprana
de tus labios,
sin tu cuerpo,
mi amor,
y sin tu alma.

¡Ay amor!
¡Qué desierto habrá en mi alma!
cuando lleve mis pasos
sin tus pasos
cuando sienta tu ausencia
cuando camines sin coger mi mano

jueves, 19 de julio de 2007

DISTANCIA

Antonio Escobar Mendívez


La niebla del olvido
habita como búho
las buhardillas del recuerdo.

Ya se hizo noche tu distancia
sin el repicar de tu voz,
las corolas de tus labios,
tu abanico de caricias.

Se esfumó el ara de tu risa,
la cadencia ritual de tus pisadas,
el cascabel de tus reproches,
tu tardanza para nuestras citas,
tu terquedad de niña,
tu inocencia.

Tu amor es una nube,
en el espacio claro del camino
o un árbol de otoño,
hojas avanzando sin destino.

miércoles, 18 de julio de 2007

HERIDA

Antonio Escobar Mendivez

Tu diente dibujó
la herida,
con la sangre
que horadó mi alma,

Tu garra,
desgranó mi pecho,
suavidad del amor,
delicado rostro
de corola.

¿Hasta cuándo
el cuchillo
de tu voz zahiriente,
tus pasos ajenos
a la dicha,
han de ser espina de pial
en mi paisaje?

sábado, 14 de julio de 2007

TUS OJOS

Antonio Escobar Mendìvez


Entre el cielo común del universo,

brillan como luceros tus ojos,
desparramando pétalos,
suaves hojas. Encuentro con tus ojos castaños
almendras encantadas, en tu rostro
caminitos que conducen,
al dulce arroyuelo de tu alma. Hallo tus ojos buenos
con riberas de musgo
y tréboles sonrientes,
mirando asombrados mi sonrisa
çy el mágico prendedor de mi alegría.
En tu mirada encuentro, amada mía,
tu alma en un abrazo alborozado
con dos niñas besando al sol radiante.
Y hoy que el sueño se abraza
a mi costado,
reinaugurando tu amor enamorado,
cosecho las fresas de tus labios
y en tus ojos serenos
dibujo aromado beso de esperanza.

viernes, 13 de julio de 2007

COMO SI FUERA UN VIEJO VALS

Antonio Escobar Mendìvez

“Tal vez me estás haciendo daño”,
caminito de siempre,
avecilla pequeña entre mis manos,
cantata de la vida
diseñando una constelación para el silencio,
monumento de estrellas
y de noche.

“Tal vez cuando de mí te acuerdes”,
sea una golondrina
viajera en el recuerdo,
en el cielo trivial
de una sonrisa.

“Tal vez te abraces a tu almohada”,
entre el sueño fugaz,
la intranquilidad de la distancia,
el taconeo incesante de la noche
besando tus pupilas
y tu cuerpo.

Entonces,
toma el camino claro de mi pecho,
dibuja tu mirada sobre el alma,
tus labios en mi boca
y en la transparente mochila de la aurora,
guarda el olvido intenso,
simplemente.

jueves, 12 de julio de 2007

Las ùltimas horas de Allende: Diàlogo con un fusil

Por Eduardo González Viaña


“La muerte de un presidente” de Rodolfo Quebleen, revive las últimas horas de Salvador Allende desde que ingresó a La Moneda a las 7 y 30 de la mañana del 11 de septiembre de 1973 hasta las 2 de la tarde de ese día en que lo sacaron muerto.

Durante siete horas, todo el ejército de Chile asedió el palacio de gobierno. Tanques, aviones, artillería y expertos tiradores acribillaron a las familias que vivían cerca, lanzaron cohetes, granadas y artefactos incendiarios e hicieron una guerra infame contra un grupo de valientes que solamente podía responder con unas cuantas pistolas. Sin embargo, no lograron que el mandatario se rindiera. Cuando lo sacaron del palacio en llamas, Allende había recibido centenares de balazos, pero en ningún momento había dejado de ser el presidente de Chile.

Pinochet y el almirante Patricio Carvajal.
Pinochet: Rendición incondicional, nada de parlamentar... ¡Rendición incondicional!
Carvajal: Bien. Conforme. Rendición incondicional y se le toma preso, ofreciéndole nada más que respetarle la vida, digamos.
Pinochet: La vida y su integridad física y enseguida se le va a despachar a otra parte.
Carvajal: Conforme. Ya... Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país.
Pinochet: Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país, pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando...
Carvajal: Conforme... (Ríe.) Conforme.

Esta es la grabación de un diálogo entre los jefes del Ejército y la Marina de Chile. Esto no es teatro. Estas son las palabras de dos asesinos. Tanto lo que dicen como todas las evidencias conocidas hoy- incluidas mil páginas del desclasificado archivo de la CIA- muestran que el golpe de estado perpetrado en 1973 y la brutal dictadura que lo siguió no fueron hechos siquiera en nombre de las convicciones ultraconservadoras de sus cabecillas. Fueron tan sólo las órdenes del superior- el Departamento de Estado de los Estados Unidos- cumplidas al pie de la letra por una partida de criminales a sueldo que lucian en los galones el rango de generales.

Siete años antes, converso con un caballero

Quebleen ha basado su trabajo en grabaciones como la anterior, testimonios de sobrevivientes y en el mismo archivo de la CIA, y ha producido una obra de verosimilitud sorprendente. No fui a Nueva York a presenciar la puesta en escena, pero leí el texto, y hay en él una imagen tan verídica como la que tengo del presidente y quiero recordar hoy.
Conocí personalmente a Salvador Allende en el lobby del hotel “Habana Libre” hace alrededor de cuarenta años. Se celebraba una importante conferencia, y el entonces presidente del Senado de Chile era uno de los participantes más famosos.

Aunque el evento duró más de una semana y coincidimos en muchos lugares y sesiones, no había cruzado siquiera un par de frases con él. Me lo impedían mis escasos 24 años y una timidez incontrolable. Una tarde, sin embargo, tomamos el mismo ascensor, nos saludamos con una venia y llegamos al mismo décimo piso donde al parecer ambos estábamos alojados. Entramos en nuestros respectivos cuartos, y unos minutos más tarde nos encontramos esperando el ascensor de vuelta cada uno con una camisa y corbata diferentes. Entonces ambos soltamos la risa.

-¿De dónde es usted, compañero?
Se lo dije.
-Fíjese usted. A mí en Chile me llaman “el pije”.- rió- Dicen que exagero en el cuidado personal…pero ahora veo que también hay “pijes” entre los compañeros peruanos.

Estábamos de vuelta en el lobby, y nadie nos esperaba. Allende propuso que tomáramos un café. Nos sentamos frente a una mesa sobre la cual el único adorno eran dos piedras, una blanca y la otra negra.

-¡Piedra negra sobre una piedra blanca!- recordó el poema de Vallejo, pero no hicimos una conversación literaria. Al grano, Allende tocó el tema que le interesaba.

-Hace dos meses se anunció oficialmente la caída del frente guerrillero de Luis de la Puente Uceda. ¿Qué piensa usted sobre eso?
Se contestó, o continuó en su pregunta:
-La anunciaron, pero entiendo que no han entregado su cadáver ni el de ninguno de sus compañeros.
-Es verdad. No dan prueba alguna- respondí. – Pero hay otras evidencias… Me duele mucho, pero creo que esa noticia es cierta.

Allende me quedó mirando un instante. Luego volvió los ojos hacia las piedras de la mesa.
-En mi oficina del Senado, trabaja conmigo Teresa, la esposa de Jean Paul Escobar, uno de los compañeros de De la Puente. Ella no cree que esos hechos hayan ocurrido.
-No lo creerá jamás. Está decidida a no creerlo.
-Tiene usted razón. La vida y la muerte a veces dependen de nuestras propias decisiones.
Observó fijamente las piedras, y luego aquello se convirtió en un monólogo.

De la Puente Uceda

Esa es la imagen que conservo del héroe, inclinado sobre la mesa de café y mirando esas dos piedras. A ellas les habló de Luis de la Puente.

-Un jurista, un valiente, un hombre honesto. Sé que antes de salir a la guerrilla, distribuyó las tierras de su hacienda entre los campesinos. Son pocos los que harían lo mismo… ¿Y quiénes eran sus hombres? Gente como él, abogados, médicos, estudiantes, profesores, algunos campesinos… Escalaron las montañas más altas de la tierra y desafiaron a todo un ejército. Su derrota era previsible, pero su gesto y su imagen mostrarán para siempre que quien aspira al reino de la justicia, debe sacrificarse.
-Un momento- lo interrumpí. -Ha dicho usted que su derrota era previsible. ¿Quiere usted decir que para hacer la revolución se debe esperar que las condiciones objetivas se cumplan?

-Tal vez… -me miró y otra vez volvió a la observación de las piedras.- Pero si de un momento a otro, todo está acabado, hay que saber responder como hombre.

Volvió a monologar:
-De la Puente parece a Francisco de Asís entregando todos sus bienes a los pobres antes de salir a cumplir su misión. Se parece a don Quijote embistiendo lanza en mano contra un mundo injusto. Fue vencido. Como el uno y el otro fue vencido…

Los ojos de los vencidos
En ese momento, levantó la vista hacia mí.
-¿Le parezco pesimista, compañero? Cuando tenga más años, se dará cuenta de que los vencidos tienen un papel determinante en la historia. Los combates por la liberación se inspiran en el sacrificio de los pueblos arrasados, de las generaciones derrotadas, de los asombrosos mártires que marchan hacia el sacrificio. Cristo es el primero de una larga lista.

Calló un momento:
-¿Y en América Latina? ¿No le dicen algo los nombres de Cuahtemoc, de José Martí? … Y los indios masacrados durante trescientos años y levantándose a morir al lado de Túpac Amaru.
Mientras me hablaba, recordé a Zapata y a Sandino, ..Quise mencionar sus nombres, pero ya Allende estaba recordando un poema de “Alturas de Macchu Picchu”. Se lo sabía de memoria:

-“Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados…”

Ésta es mi imagen de Allende y la que Rodolfo Quebleen perpetúa en el monólogo. En mis recuerdos, el valiente chileno habla con las piedras y mira la historia con los ojos de los muertos. Ahora que se ha esfumado esa mirada, su visión de los vencidos y su propio ejemplo valeroso derraman incansables toda suerte de esperanzas sobre estos tiempos oscuros.

No sé si mi interlocutor había leído a Walter Benjamín, pero las palabras que le recuerdo trasuntan esa filosofía.
-La violencia de los dominadores ha convertido al mundo en un matadero.- me dijo y añadió:

-Por eso, hay que recordar a nuestros vencidos. Mientras su causa no triunfe, siempre será posible un nuevo matadero.

Creo que estuvimos allí más de una hora. Pasó Regis Debray, se sentó a nuestro lado. Después se nos juntó Hilda Gadea de Guevara, pero Allende seguía hablando con las piedras. Por fin, arribaron las personas que estábamos esperando, y nos despedimos.

En la escena teatral de Quebleen, el presidente de Chile habla por teléfono con el Almirante Carvajal, con su hija Beatriz, con su secretaria, y por fin, con el general Baeza, uno de los sitiadores, a quien le ordena que deje salir a las mujeres. Por fin, habla con su Kalashnikov, y todo el acto teatral se sostiene sobre la mirada del hombre su monólogo con un fusil.

Tal vez la proximidad de la muerte le confiere una lucidez asombrosa. De pronto dice algo que solo se ha sabido muchos años después:

-Nixon y Kissinger ya habrán anunciado que fueron sorprendidos por la noticia… Por supuesto que fueron sorprendidos… El golpe estalló diez minutos antes de la hora ordenada por ellos.

Fue exactamente así. Lo revelan hoy los documentos de la CIA abiertos a todo el mundo treinta años después del crimen.

Confieso que siempre me ha resultado difícil entender la muerte de Allende o la del Che, la persecución y la cárcel de los combatientes por amor a la justicia y a la verdadera libertad.

Sin embargo esta obra de teatro y, sobre todo, el hecho real en que se inspira me hacen recordar que ser hombre es ser libre, y que el sentido de la historia es que nos convirtamos realmente en hombres. Las palabras de Allende mirando fijamente dos piedras o monologando con un fusil me hacen saber una y otra vez que los héroes pueden morir y ser escarnecidos y derrotados muchas veces. Lo que nunca muere son los principios que hacen hombre al hombre y dignifican la condición humana.






DILE QUE SOY LUCERO

Antonio Escobar Mendìvez

Si su lengua modula el camino de mis pasos,
responde que soy vuelo de pelícano:
una ola de ausencia,
las playas mojadas de silencio,
un mudo ruiseñor sobre la rosa,
un nido abandonado entre las sombras.

Si llega con sus pasos musicales,
enséñale la luna de mis penas
el tembloroso oasis de mis ojos
goteando rocío de tristeza.

La risa se ha escondido en los jardines
entre la soledad y las auroras,
esquivando espinas y tormento,
orillando el dolor con manos tiernas.

Las horas son menudas espadas
borrando su hermosura.

Si el crepúsculo indaga mi partida,
responde con el viento,
que soy hoja de otoño,
un suspiro volando al infinito.

Inventa lo que quieras.
Dile que soy lucero.
Di que he muerto.

jueves, 28 de junio de 2007

SEQUIA

Antonio Escobar Mendìvez


El dolor y la ausencia,
hicieron un erial en nuestras almas.

El rescoldo del Sol,
nos secó el corazón
en un instante.

Caminos paralelos
nuestros cuerpos.
.
¡Se volvió ayer
este presente efímero!

¡Cuánto abrojo mujer,
en el camino!

miércoles, 27 de junio de 2007

MANOJITO DE HUELLAS

antonio escobar mendivez

Adiós
manojito de huellas
y caminos.

Tal vez alguna lágrima,
un “quédate,”
“es temprano”.

Quizá un beso,
una leve caricia
de espaldas al pasado
y los pasos
yéndose,
para quedarse
atados
al silencio.

viernes, 22 de junio de 2007

IMAGINA UN CAMINO

Antonio Escobar Mendìvez

Imagina
un camino,
por donde mis pasos
te buscan.

Tus manos frescas,
pétalos de rosa,
rocío lunar.

Un niño triste,
prendido en tus ojos,
dueña de mis días.


Imagina
un beso,
volando tus ojos,
como un colibrí.

UNO DE LOS NUESTROS

Correo de Salem
Eduardo González Viaña



El primero que me ha felicitado por el Premio Latino Internacional de Novela ha sido un joven indocumentado que leyó la noticia en “El latino de hoy” y me dice en su email que está muy contento de que haya ganado el premio “uno de los nuestros”.

Gracias a él por considerarme como “uno de los nuestros” porque es cierto. Aunque tenga los papeles en regla, mi corazón, mis esfuerzos y todo cuanto escribo están consagrados a servir la causa de quienes sufren persecuciones injustas en éste y en cualquier lugar del mundo.

Que en los Estados Unidos haya obtenido ese galardón “El corrido de Dante”, una novela sobre la inmigración latinoamericana, ha de servir acaso para que esa causa sea examinada una y otra vez. Una y otra vez como ahora perderemos, pero llegará el momento de la justicia, y en el futuro, la pobreza, los tratos abusivos, los pagos injustos, el muro de la infamia y la discriminación insultante que ahora sufre nuestra gente serán considerados tan abominables como lo fuera la esclavitud en los siglos pasados.

Alguna vez he dicho que mi trabajo como escritor no alcanza a transformar al mundo ni al hombre, pero me induce a servir las causas sociales y los valores sin los cuales es desesperante el mundo. Lo repito ahora.

Personalmente, este premio va a servirme para que la gente que se aburre leyéndome o escuchándome suponga que es culpa suya. Eso ya es algo… pero la mayor alegría que me trae es que un indocumentado me haya llamado hoy “uno de los nuestros.”
Que tenga él la seguridad de que continuaré escribiendo como “uno de los nuestros.”Gracias a él y a todos ustedes, queridos amigos lectores. Reciban mi afectuoso saludo

Eduardo
La noticia publicada por CONTRAPODER

MIÉRCOLES 6 DE JUNIO DE 2007
.

EDUARDO GONZÁLEZ VIAÑA
GANA PREMIO INTERNACIONAL LATINO
DE NOVELA 2007

..

“El Corrido de Dante” del autor peruano Eduardo González Viaña fue declarada la Mejor Novela del 2007 y obtuvo el Premio Internacional Latino en la “Reunión Anual del Libro latino” que cada año otorga su reconocimiento a los autores de ese origen cultural que escriben o publican en español e inglés en los Estados Unidos.
.En el evento organizado por la entidad “Latino Literacy Now”, que lidera el actor Edward James Olmos, el segundo premio fue compartido por las escritoras Gioconda Belli e Isabel Allende..Entre las diferentes categorías de libros consideradas en el certamen, la de novela acaparó la expectativa por sus resultados. “ Fue David versus Goliat”-dijo un periodista considerando que el libro de Gonzalez Viana ha sido publicado por la editorial “Arte Publico” de la Universidad de Houston en tanto que los libros de Belli y Allende lo fueron por la gigantesca casa editora Harper Collins.
.Como se sabe, Allende vende millones de libros en USA, y su libro premiado- “Inés del alma mía”- ha sido traducido ya a veinte idiomas.
.En la categoría de Poesía, Marjorie Agosín obtuvo el premio con su libro “Entre los ángeles de la memoria”.
.“Malinche” de Laura Esquivel fue considerada la mejor obra de ficción histórica.
.A “Lo Que Le Falta Al Tiempo” de Angela Becerra le fue otorgado el premio a la Mejor Novela Romántica.
.La periodista Maria Elena Salinas obtuvo una mención honrosa en Biografías y el poeta peruano Rodolfo Hinostroza fue galardonado por un libro destinado a revelar los secretos de la cocina del Perú.
.Oregon es el escenario de la novela premiada de González Viaña. El personaje es un mexicano de Michoacán que supuestamente vive sin documentos en Mount Angel, un pueblo de ese estado..En busca de su hija, recorre la mitad del país en una Van desvencijada, tiene como acompañante a un burro llamado Virgilio e integra un dúo de cantantes de corridos. Las aventuras asombrosas que le ocurren en uno y otro lado construyen por un lado una novela de suspenso y de gran belleza y, por el otro, son un testimonio de la cultura y la presencia del mundo hispano en los Estados Unidos..Latino Literary Now, Educación Latina Ahora, es una entidad sin fines de lucro que apoya y promueve la excelencia en la literatura escrita originariamente en castellano. Sus premios están destinados a fomentar y destacar la excelencia del aporte latino a la cultura norteamericana.

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Publicado por la cueva de los pájaros en
19:45

PACTO

Isaac Golderbeng

¿Qué Dios fue ese que generación tras generación
reiteró el pacto territorial
y parecía no saber de geografías?
El prometió estar con ellos en la conquista del espacio
y ellos pronunciaron otra vez Su palabra
en el atrio del planeta más próximo.
Y en el año siguiente a la expulsión
se congregaron en el umbral de la tierra
a escuchar la lectura del libro de todas las cosas
cuando la palabra fue puesta por testimonio
ante ese Dios que se ocultaba al ojo humano.
Pero cuando El asomó Su único ojo,
tantos y tales fueron los males y las penas
que ellos renegaron de Su eterna presencia.
Entonces Dios volvió a reiterarle al humano
la promesa de la tierra en la fosa.

jueves, 21 de junio de 2007

GARUANDO EN EL CREPÙSCULO

Antonio Escobar Mendivez

No quise
rozar
con mis espinas
tu dolor
garuando
en el crepúsculo.

Tampoco
ser camino
sin huellas.

Sino
volverme
aroma
para tus tardes
dulces

y después
ser
un ave
cantando
en la ventana
de tus ojos.

miércoles, 20 de junio de 2007

AMADA

Antonio Escobar Mendívez


El sol abraza al día como un enamorado
allá en los parques.

La calle me conduce a tu vertiente dulce,
a tus aromas.

El día se viste de polleras largas
y amo tu voz de ruiseñor,
tu cintura de guitarra
donde pierdo mis manos,
el lago de tus ojos.

El crepúsculo
retrata mi cuerpo y su esperanza,
la tristeza estirada del mendigo,
las parejas,
el ruido de los carros,
el viento y sus caricias.

Por eso amo la forma de tu alma,
la manera de darme tu ternura.

Y en esta hora hermosa,
mujer,
estás en todas partes,
en mis ojos,
en silencio
en la tarde
mariposa colorada
repetida en mi boca.