jueves, 1 de noviembre de 2007

CROAR DE LA NOCHE

Antonio escobar mendivez

Eres el canto melifluo en el aire travieso
de las mañanas puras,
camino de luz alumbrando mis pasos,
titilando en la infinitud de las horas,
estrella intermitente de mis alucinaciones.

Miro tus ojos, farolillos iluminados y el croar de la noche
vuelve a la realidad el camino polvoriento de la vida.

La luna sonríe en tu boca poblada de fresas
y tu voz es la anunciación de la alegría
sobre el lomo escamoso de la tristeza;
oscura soledad cubre el dolor crepitante de mi alma
y el verdor se abre como un libro en los campos bondadosos.

Eres el eco
repetitiva emoción de mis besos silentes,
brasa ardiente
en el inolvidable cuaderno escrito por el tiempo,
gaviota pasajera del aire iluminado y sonriente,
auscultando las huellas, diminutos puntos suspensivos,
por donde el corazón jugando las canicas se convierte
en alocado beso partiendo en dos la granada de tu boca.

¿Dónde están las golondrinas dibujantes de crepúsculos
que hacían sus nidos entre tus pestañas?
Vibración del rocío,
ternura de la hierba en las mañanas,
asómate a mis ojos para que veas el mar
embravecido haciendo olas,
dejando con espuma de risas una playa inmensa,
donde tu cabellera como algas abre su aroma
al camino celeste del amor,
estrella o rocío sobre las hojas
de los besos que tiemblan tímidos desgranando
la soledad y la tristeza.

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