Escribe: Blasco Bazán Vera
Carmen Ríos de Sánchez, nacida en Loreto en 1920 pero radicada en Trujillo desde estudiante de secundaria. Se puede decir que Carmen Ríos es una de las tantas escritoras de nuestro departamento que permanecen en el anonimato. Ella es una preclara cultivadora de las letras. Ahora, los 87 años de vida, podemos notarla lúcida, bonachona y desempeñando con ímpetu de cultura. admirable.
Esta escritora gran amiga de Teresa Guerra García de Rodríguez Nache y de Elia Álvarez del Villar, ha incursionado en el mundo de las letras escribiendo ensayos, teatro, cuentos, historietas, libros de recetas de cocina y repostería.
Fascinante es dar lectura a “Timoteo Selva” donde hay relatos reales de nuestra selva y sus insondables secretos. La calidad de su pluma nos lleva a enfrascarnos en bellas vivencias que Carmen narra con sólida fruición. Aquí en Trujillo, podríamos decir, tenemos a una escritora que relata los hechos de nuestra selva y nos alcanza como el buen mensajero su pan de sabiduría. Qué lozanía en sus relatos. Los niños y adultos disfrutamos de ellos con existencial vehemencia. Carmen Ríos es una escritora que nos endulza con sus cuentos. Los niños al escucharlos se compenetran ante el vívido relato. Hasta el momento ha escrito siete fascículos de donde resaltamos a “El Gusanito y el Frejolito Dormilón”, “La Avispa Pendenciera”, “Mi Corazoncito”, “El Canario Cautivo”, “La Perla Vanidosa” pertenecientes al primer fascículo, en el segundo rescatamos a “Los Patitos en el Día de la Madre”, “Zapatitos Llorones”, “El Piojo y la Hormiga”, “Ilusiones de una Gallinacita”, en el tercer fascículo anotamos a: “Angelitos del Saber”, “El Organito Silvestre”, “Pececito Dorado” y “El Niño Jesús de Huanuco”, en el cuarto fascículo anotamos: “La Muñequita Perdida”, “Fushico el Haragán”, “El Payasito Rufufú”, “El Camaroncito Perezoso”, “Los Sapitos Milly y Mully”, del quinto fascículo: “Los Pollitos de la Gallina Francolina”, “Pedacito de Cielo”, “La Mariposa Plateada”, “Los Conejos Negros”, del sexto fascículo: “El Zorro Disfrazado de Maíz”, “El Grillito Salín”, “La Cangurita Dormilona”, “Vanidades de Chacho y Chachi” y “Libros Viejos”. Del séptimo fascículo resaltamos a: “La Niña y la Boa”, “El Pollito y el Alacrán”, “Trabaja Viejo Trabaja”, “La Gallina Verde” y “Fruta que Nunca Madura”.
Los títulos de cada fascículo son sugerentes y amenos porque cada uno va dirigido a modelar el alma del niño. Carmen Ríos como buena educadora, desea una juventud fuerte y audaz. Sin temores. Decidida. Siempre solvente y cuajada de principios morales. Sus fascículos son, cada uno de ellos, un pequeño evangelio de formación espiritual. Cada uno termina en un consejo. Si bien se dice que el estilo es el hombre, en los libros de Carmen Ríos de Sánchez notamos que cada uno es un cúmulo de salterios que aceran la voluntad del niño preparándolo para la vida.
Gran amiga de Mario Vargas Llosa a quien le ha brindado el apoyo literario cuantas veces el consagrado escritor se lo ha solicitado. Leer los libros de la Ríos es llenarse de plácemes. Nada tenemos que envidiar a los relatos de “Sangama” o “Yacumama” porque basta leer su libro “Timoteo Selva” donde el principal personaje “Timoteo” es tratado con tanta ternura que nos hace vislumbrar estar frente a una escritora que llega al lector con prístina intensidad. Si muchos de nuestros escritores cantan a la puna, los andes, sus cerros y cuanto ellos contienen y nos hacen añorar la helada serranía de nuestra región. Carmen Ríos nos apacigua aquella frialdad con los relatos tropicales de nuestra selva y nos entibia para hacernos pasar sigilosamente y con nata lucidez a bañarnos del suave remanso que nos brinda una lectura. Todos estos libros de Carmen Ríos han sido editados aquí en Trujillo. Jamás dejó de lado las riveras de sus ríos caudalosos de su lugar natal. Vinieron con ella y volvieron a formar torrente en estas tierras liberteñas.
Esta escritora gran amiga de Teresa Guerra García de Rodríguez Nache y de Elia Álvarez del Villar, ha incursionado en el mundo de las letras escribiendo ensayos, teatro, cuentos, historietas, libros de recetas de cocina y repostería.
Fascinante es dar lectura a “Timoteo Selva” donde hay relatos reales de nuestra selva y sus insondables secretos. La calidad de su pluma nos lleva a enfrascarnos en bellas vivencias que Carmen narra con sólida fruición. Aquí en Trujillo, podríamos decir, tenemos a una escritora que relata los hechos de nuestra selva y nos alcanza como el buen mensajero su pan de sabiduría. Qué lozanía en sus relatos. Los niños y adultos disfrutamos de ellos con existencial vehemencia. Carmen Ríos es una escritora que nos endulza con sus cuentos. Los niños al escucharlos se compenetran ante el vívido relato. Hasta el momento ha escrito siete fascículos de donde resaltamos a “El Gusanito y el Frejolito Dormilón”, “La Avispa Pendenciera”, “Mi Corazoncito”, “El Canario Cautivo”, “La Perla Vanidosa” pertenecientes al primer fascículo, en el segundo rescatamos a “Los Patitos en el Día de la Madre”, “Zapatitos Llorones”, “El Piojo y la Hormiga”, “Ilusiones de una Gallinacita”, en el tercer fascículo anotamos a: “Angelitos del Saber”, “El Organito Silvestre”, “Pececito Dorado” y “El Niño Jesús de Huanuco”, en el cuarto fascículo anotamos: “La Muñequita Perdida”, “Fushico el Haragán”, “El Payasito Rufufú”, “El Camaroncito Perezoso”, “Los Sapitos Milly y Mully”, del quinto fascículo: “Los Pollitos de la Gallina Francolina”, “Pedacito de Cielo”, “La Mariposa Plateada”, “Los Conejos Negros”, del sexto fascículo: “El Zorro Disfrazado de Maíz”, “El Grillito Salín”, “La Cangurita Dormilona”, “Vanidades de Chacho y Chachi” y “Libros Viejos”. Del séptimo fascículo resaltamos a: “La Niña y la Boa”, “El Pollito y el Alacrán”, “Trabaja Viejo Trabaja”, “La Gallina Verde” y “Fruta que Nunca Madura”.
Los títulos de cada fascículo son sugerentes y amenos porque cada uno va dirigido a modelar el alma del niño. Carmen Ríos como buena educadora, desea una juventud fuerte y audaz. Sin temores. Decidida. Siempre solvente y cuajada de principios morales. Sus fascículos son, cada uno de ellos, un pequeño evangelio de formación espiritual. Cada uno termina en un consejo. Si bien se dice que el estilo es el hombre, en los libros de Carmen Ríos de Sánchez notamos que cada uno es un cúmulo de salterios que aceran la voluntad del niño preparándolo para la vida.
Gran amiga de Mario Vargas Llosa a quien le ha brindado el apoyo literario cuantas veces el consagrado escritor se lo ha solicitado. Leer los libros de la Ríos es llenarse de plácemes. Nada tenemos que envidiar a los relatos de “Sangama” o “Yacumama” porque basta leer su libro “Timoteo Selva” donde el principal personaje “Timoteo” es tratado con tanta ternura que nos hace vislumbrar estar frente a una escritora que llega al lector con prístina intensidad. Si muchos de nuestros escritores cantan a la puna, los andes, sus cerros y cuanto ellos contienen y nos hacen añorar la helada serranía de nuestra región. Carmen Ríos nos apacigua aquella frialdad con los relatos tropicales de nuestra selva y nos entibia para hacernos pasar sigilosamente y con nata lucidez a bañarnos del suave remanso que nos brinda una lectura. Todos estos libros de Carmen Ríos han sido editados aquí en Trujillo. Jamás dejó de lado las riveras de sus ríos caudalosos de su lugar natal. Vinieron con ella y volvieron a formar torrente en estas tierras liberteñas.
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