Antonio Escobar Mendivez
No quise
rozar
con mis espinas
tu dolor
garuando
en el crepúsculo.
Tampoco
ser camino
sin huellas.
Sino
volverme
aroma
para tus tardes
dulces
y después
ser
un ave
cantando
en la ventana
de tus ojos.
No quise
rozar
con mis espinas
tu dolor
garuando
en el crepúsculo.
Tampoco
ser camino
sin huellas.
Sino
volverme
aroma
para tus tardes
dulces
y después
ser
un ave
cantando
en la ventana
de tus ojos.
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