sábado, 24 de marzo de 2007

EL ARBOL QUE CANTA EN TUS OJOS Y LA PROPUESTA POETICA DE PINEDO

1.- INTRODUCCION
El Grupo Literario Nuevo Amanecer, fundado en Julio de 1976, Tiene, en­tre sus integrantes, a José Pinedo Pajuelo (Casma, 1935), considerado cariñosamente como el "viejo" del grupo; pues, para entonces, tenía ya más de 40 años. Y, como trabajador postal, era empleado en la Oficina de Correos de Trujillo. Pinedo destacó por su sencillez y cordialidad; y, con Bethoven Medina, Manuel Alfaro, Franco Chico y Adán Cabanillas, por los premios obtenidos en los concursos literarios que pronto pres­tigiaron al Nuevo Amanecer.
La principal actividad creadora del Grupo Literario fue, y sigue sien­do, la poesía; pero entre sus integrantes también habían artistas plásticos y teatrales que no eran ajenos al arte poético ni mucho menos a la música, como se vio después con Franco Chico, que es ahora un destacado cantautor y poeta. Asimismo, Raúl Pastor, que era entonces actor de teatro, en su vida escolar fue también pintor y posteriormente ganó algunos premios realizando exposiciones, volviendo a la poesía para publicar, en 1986, el poemario "Coloquios de Mefisto y la luna". Pero fue a partir de 1995 que José Pinedo Pajuelo nos sorprendió con sus premios y exposiciones de pintura, faceta hasta entonces desconocida en él, aunque sabíamos sí que su hermano Eliot ejercía dicha profesión en el extranjero.
El poeta declara en "Kurur"(1), poemario publicado en 1979, que como militante de la poesía es un hijo del Puerto de Samanco y de los pueblos ancashinos, y que sus poemas "fueron escritos entre las cartas y tele­gramas" de donde le tocó trabajar, incluido Trujillo donde radica actualmente; los que "tienen la influencia de todos los poetas, como también de todos los hombres y -especialmente, diría yo- de todas las sonrisas femeninas", pues su trajinar poético y pictórico no escapan a esa influencia sentimental. "Kurur" nos da a conocer por primera vez sus famosas "Pinceladas Amatorias" (2), poema que en 1980 lo publicó de manera independiente con un brevísimo comentario de Gonzalo Espino y lo ilus­tró con tres pinturas de su hermano Eliot (3). Esta es, pues, la primera muestra poético-pictórica que antecede en 25 años a lo que hoy es “El Árbol que canta en tus ojos" (4), con la única diferencia de que las pinturas son suyas plenamente.
Otra novedad de "Kurur" es que tiene poemas que después serán parte de "Girando con mis labios las letras de tu piel" (5), poemario erótico-social que confirma el acerto de Juan Alberto Osorio, crítico de "Pinceladas Amatorias" (6); y de "El Árbol que canta en tus ojos", con “Esta noche broncínea de grillos", por ejemplo, y con los que llevan el título "Poema". Además, para encontrar el real cauce estético de José Pinedo, el Grupo Isla Blanca de Chimbote publicó, en 1982, el poema "Mi Anato­mía" (7), donde, para explayarse en la pureza y el libre pensamiento, se vuelve cosmopolita y obtiene otra característica de su poética: La ironía consigo mismo y los demás que a pesar de su ingenuidad a veces linda con el sarcasmo, matizando así su crítica social. Tarea que se plasma heroicamente con la publicación de "7 Poemas"(8), dados a conocer en Octubre del 2001. Los cuales, incluidos en "El Árbol que canta en tus ojos", más otros poemas realmente inéditos publicados por primera vez, demuestran que su propuesta poética se ha madurado a cabalidad.
2.- LAS VERTIENTES POETICAS
La formación cultural de Pinedo Pajuelo es de carácter pluralista, ob­tenida de lecturas y vivencias cosmopolitas, que ignoran la idiosincrasia regional sustentada en la identidad nacional y en la valoración y rescate de todo ese bagaje que constituye el ancestro cultural; sinónimo, en el Perú dependiente del imperialismo neocolonial, de redención social. Por eso, cuando declara que sus poemas "tienen la influencia de todos los poetas, como también de todos los hombres y de todas las sonrisas femeninas", está haciendo conciencia de su educación cosmopolita, importada en libros y revistas que, como premisa fundamental, difunden la educación neocolonial para que los pueblos dependientes no insurjan contra la opresión social y más bien sean partidarios de la sumisión y la explotación del hombre por el hombre, tal como sucede con el roman­ticismo clásico en lo que a corrientes literarias se refiere y con el neoliberalismo en lo que a ideología predominante concierne.
Esta primera premisa de la formación cultural de José Pinedo, y por ende, de su producción poética y pictórica posteriormente, se afirma más cuando en septiembre de 1978 edita por primera vez "La Achupalla Incen­diaria", revista de poesía que acoge hasta hoy a todos los poetas peruanos y extranjeros, particularmente de América y Europa continental; promoviendo así el intercambio cultural y la correspondencia internacional. Eso permite que el poeta no sólo sea conocido y publicado sus poemas en diversas partes del mundo, sino también ayuda a consolidar su educación cosmopolita. De la cual, obviamente, no sólo apropió el romanticismo clásico, sino también el surrealismo, el expresionismo, el dadaísmo, el cubismo, el vanguardismo, el estructuralismo y el modernis­mo, corrientes literarias y estéticas que si bien habían roto las formas convencionales del arte y la literatura de los siglos XIX y XX, como el verso y la rima del soneto en lo que a poesía se refiere, para dar cabida al verso libre y a la narración poética, el contenido de las mismas seguía siendo de esencia burguesa, pro imperialista, aunque revestidas de democracia y vertiente popular.
Fue, pues, el socialismo marxista leninista quien desnudó esas taras burguesas. Por eso, en la segunda mitad del siglo XX, cuando la izquierda en el Perú estaba vigente y muy atomizada por la cantidad de partidos políticos que existían, donde predominaba el troskismo, el maoísmo y el revisionismo como corrientes de origen marxista, José Pinedo Pajuelo, debido a sus ínfulas vanguardistas y de renovación, sin ser militante partidario, asume la política de izquierda e inicia así una larga lucha en pro de su liberación espiritual y estética, la que sólo obtendrá depurando su personalidad a lo largo del proceso de transformación de la metáfora de su vida. He ahí la segunda premisa de su formación cultural y el objetivo primordial que se trazó en el subconsciente de su ser, al decidirse por el arte allá en sus años aurorales. Por eso, las primeras vertientes de su poética, son el romanticismo clásico, donde predomina la sumisión a la mujer amada; el erotismo de idealismo subjetivo y practica modernista; y la poética revolucionaria de izquierda; todas hábilmente entrelazadas por la modernidad estética de su pluma, no sólo visualizadas en las ya famosas “Pinceladas Amatorias”, sino, también, en los poemas “Esta noche broncínea de grillos”, “Es el hombre muralla subversiva”, “Secretaria Ejecutiva”, “Era un hombre botánico de agua”, “Oh Amiga mía”, y el dedicado a su madre, incluidos en “El Árbol que canta en tus ojos”.
Y si bien José Pinedo, por su educación cosmopolita y por su trabajo de "cartero de la primavera", como se definiera en uno de sus poemas, no supo comprender qué es la idiosincrasia popular que rescata y valo­ra el origen de su ancestro cultural, hay en su poética, como reminiscencias de ella, un marcado afán turístico del costumbrismo, de la flora y la fauna y de la cultura aborigen, mirados y tratados exteriormente que no promoverán en él una poética andina, pero sí será un ingrediente más de su estética personal, como un decorado del escenario que podría pasar como una vertiente turística que se plasma también en su creación. Y, además, el hecho de asumir tardíamente las corrientes artísticas y literarias modernistas y vanguardistas, nuevas en la forma y “viejas” en el contenido, al mezclarlas poética y pictóricamente, tenían que dar necesariamente un resultado estético que descubrimos en “El árbol que canta en tus ojos”.
3. EL ESTILO POETICO Y PICTORICO
A pesar de que Pinedo Pajuelo se dejó influir considerablemente por la poesía romántica, donde el verso métrico y la rima del soneto prevalecen, su estilo literario es más bien surrealista, de verso libre, donde el coloquialismo descriptivo avanza hasta la narración poética para usar el panfleto político y el costumbrismo turístico de flora y fauna. Así lo testimonia toda su poesía anterior a “El Árbol que canta en tus ojos” y particularmente lo refrenda este poemario. Y, en pintura, hay todo un contenido figurativo que se inicia, desarrolla y concluye en la poesía; o, mejor dicho, en la metáfora poética; la cual, como la parábola bíblica, describe un mensaje figurado o simplemente sugerido. Así, la pintura del poeta, por ser una metáfora figurada, sugerente, tiene mucho que ver con su poética en general, la cual es imprescindible primero conocer.
El inicio de su estilo literario está en las "Pinceladas Amatorias" y "Girando con mis labios las letras de tu piel", donde el surrealismo romántico, erótico y político revolucionario es evidente, aunque el encabalgamiento de "Girando…” ya no es convencional, sino de ruptura; pues los versos se desgajan y completan de una línea a otra, priorizando así la estructura del arte poética sin que afecte todavía la metáfora; la que, finalmente, termina siendo más "moderna" que la del encabalgamiento convencional; o, diría más bien integral; porque aquí, en cada línea, la frase y la oración gramatical están completas, y cada lí­nea del encabalgamiento poético depende de ellas, sin interesar que esta sea corta, mediana o larga; lo que, obviamente, no ocurre así con la "moderna" estructura del encabalgamiento de ruptura.
De ella, en "7 Poemas", pasa a la economía del lenguaje, donde las pa­labras sufren la tiranía de las letras y la unión de dos de ellas for­man una tercera palabra, lo cual es una manifestación de la transformación revolucionaria lingüística que atañe a la frase y a la oración gramatical metafórica; mientras que las letras, cuyas figuraciones son escritas en mayúsculas o minúsculas, o simplemente están solas, como la "d" del poema "Los Árboles de Santo Domingo de Tauca", que les falta su letra complementaria para nombrarlas, aparecen como signos de ruptura, no sólo gramatical, sino también expresiva y estética del poema, afec­tando así al idioma castellano. Acto que, en sí mismo, en aras de la degenerada concepción de la modernidad burguesa, sólo es un paso retrospectivo a los orígenes del idioma. Pero, sin embargo, en lo que a contenido se refiere, sería una búsqueda de nuevas formas de expresión libre que, a la postre, no sólo renovarían las estructuras gramaticales, sino también las de la convivencia afectiva en la sociedad.
Pero en "El Árbol que canta en tus ojos", y sobre todo en el "Poema Con Sistema" y "ÁRBOL Árbol", existe otra forma de ruptura que afecta ya gravemente a la ilación del poema; o sea, a esa musicalidad interna que necesariamente existe en toda escritura poética, en prosa o en verso; la que, simulando un trabalenguas podría ser un gargüerismo que irrum­pe con frecuencia en diversas tonalidades; o, quizás, una manifestaci­ón exabrupta y cacofónica de lo que se dio en llamar el antipoema. No lo sé; pero sí sé que eso tiene que ver en algún lugar con la pintura figurativa de las corrientes vanguardistas y modernistas que mezcla muy bien en su poética pictórica. Vemos así que José Pinedo Pajuelo es un poeta preocupado básicamente por la estructura formal del poema, y luego constatamos que esa preocupación solo es el camino a seguir en su afán vanguardista, de ruptura estructural, fonética y musical del poema convencional en verso libre, donde el estilo literario surrealista, siempre coloquial y descriptivo, es "renovado" para estar acorde con la modernidad de la época.
4. LOS TEMAS POETICOS
4.1 EL AMOR DE AYER Y HOY
El fin primordial de la poética amorosa de “El Árbol que canta en sus ojos” es la rememoración afectiva y sentimental de todas las mujeres -o por lo menos de la mayoría- que el poeta amó a lo largo de su vida, lo que rompe necesariamente las ataduras sentimentales con la amada en particular, hecho que por sí mismo supera la dependencia afectiva y democratiza espiritualmente el amor, pues ya no se percibe en su poética a un súbdito reverente sino, más bien, a un partidario del amor plural, de la socialización del sentimiento amoroso; expresado, también, como otra forma de ruptura estética y poética; y, además, como una expresi­ón de superación del individualismo burgués y de la propiedad privada amorosa. Este salto cualitativo no quiere decir que el poeta cante so­lamente al amor en abstracto, pues el libro tiene un poema erótico que se inicia con la frase "Caía la lluvia", escrita en mayúsculas, donde, como un films cinematográfico, "cuenta" su relación sexual y sentimen­tal con una de sus queridas –o, mejor dicho, de sus amadas, porgue de todas es un fiel enamorado-, que actualiza el pasado pero no merma su nueva concepción filosófica del amor. Y ello, a pesar de que el poeta se declara “esclavizado” por las “miradas que hablan/ En una noche es­trellada de lluvia".
Más, lo que sucede, es que el proceso de liberación espiritual de José Pinedo tiene sus etapas, donde la dependencia amorosa se da al poetizar en primera persona, porque la rememoración del pasado conduce precisamente a ella. Pero si poetiza en segunda o tercera persona veremos que el contenido amoroso toma otros ribetes, deja de lado la sumisión y la dependencia romántica para expresar un sentimiento más liberal, más democrático – o, más personal y menos individualista-, como se verá en los poemas “Las bellas flores que forman el soñado beso de la noche”, “Luminizas musa tu luminosa cabellera”, “Muchacha negra rocío de bahía danza”, “Oh amiga mía”, “Secretaria Ejecutiva”, “La noche duerme y las casuarinas aletean” y “Para escribirte patria o musa un poema de amor”, entre otros. Y como una muestra de su retorno al presente, escribe: “AmorMuñecaDelVerano d mágico silbido que vistes la falda corta y/ la blusa de seda que muestra el movimiento poético y artístico/ d tus senos d durazno para retener al instante en que toco tu mano/ suave como la piel de tus ojos en la corteza del mango/ encuentro el cofre de las pictóricas palabras con que creo y/ recreo este poema que es parte de ti porque la fragancia/ de tu presencia inconfundible le da la luz de tus encantos” (Quinto de los últimos fragmentos del poema ARBOL Árbol).
Pero la vertiente socialista del contenido y forma en la poética de Pinedo Pajuelo se refrenda más cuando constatamos que en un poema hay en verdad dos o más poesías, comprobadas en “La Alas de la Tarde Danzan como Botellas en el Mar”, y en otros se describe los vínculos amorosos de dos o más mujeres, como sucede en “Oh Amiga Mía”, “Poema Con Sistema” y “Entre el mar azul el tul del verano”, entre otros. Además está también el estilo surrealista, de verso libre, donde el coloquialismo descriptivo avanza hasta la narración poética con el fin de patentar la metáfora de su vida. No olvidemos que Lenin decía que “Hay que tomar toda la cultura que dejó el Capitalismo y construir el socialismo a base de ella. Hay que tomar toda la ciencia, la técnica, todos los conocimientos, el arte. Sin eso no podemos edificar la vida de la sociedad comunista”.(9)
4.2 EL EROTISMO COMO TEMA MAYOR
De todos los temas poéticos de José Pinedo, el erotismo es el predominante. Estaba ya presente en su poesía auroral. Lo contiene las “Pinceladas Amatorias”. Lo refrenda “Girando con mis labios las letras de tu piel”, lo testifican los ”7 poemas” y lo ratifica “El Árbol que canta en tus ojos”.Este erotismo iniciado “en el destello auroral/ de la cerámica del verso”(10)/ donde “para alimentar/ la inquietud de mi sangre/ en la liquida humanidad/ de tus senos / de pincel tahitiano,/ para quererte/ fecundada de amor/ en la rítmica llama/ del amazónico polen/ de tu corazón de pinar”(11) es fácil llegar a “la hospitalaria inquietud/ del calzoncito inefable/ que delicadamente descubre/ las delicias del oculto jardín/ de tu oceánico cuerpo”(12). Donde “el poema (de tus ojos)/ Se había adelantado a la lluvia/ Y en tu cuarto florido y musical/Tu cuerpo juvenil de fragante primavera/ Desde tus manos de alabastro/ Hasta el tuétano azul de tus huesos/Toda tu, habías sido empapada/ Por la poesía del claro poema/Que era una lluvia de flores del viento/ Y de frutos abiertos Que era una lluvia/ De palomas mensajeras de cálidas palabras/ Toda tu habías sido bañada/ Por la poesía del lírico poema/ Que era una lluvia de arpegios enlazados"(13).
Lo primero a destacar de este erotismo es que no nace de la morbosidad, del mero placer genital promovido por la cultura capitalista que ha hecho de la compra venta del sexo una ruleta más para lucrar, sino del amor que existe previamente en la pareja y, por ende, de la atracción y el deseo sexual que es un complemento inseparable del amor. Por eso, en José Pinedo, el ámbito sentimental, es lo primero, y el sexual, su de­rivado, Y aún, siendo su amor platónico, de súbdito reverente, su ero­tismo trasluce ese periodo pero sus recursos erótico-amorosos crean nuevas fuentes del placer, donde, ciertamente, renueva sus instintos y su proceder. Todo, como un proceso dialéctico, de saltos cualitativos, que siempre lo mantienen a la vanguardia del devenir. Y una de sus ca­racterísticas más saltantes es que ello es posible gracias a que su amor depende única y exclusivamente de la juventud, pues todas las mujeres de su vida han sido sólo lindas señoritas donde las quinceañeras parecen ser la mayoría. Su experiencia sexual, pues, no procede de mu­jeres maduras que le puedan enseñar todas las técnicas y tácticas con maestría y morbosidad, sino de aquéllas jóvenes que todavía se rubori­zan al besar y mucho más al desvestirse ante su hombre. Ello hace que el sentimiento amoroso sea pues predominante.
Ya dijeron los entendidos que el amor no se hace sólo con el órgano genital, sino también con los ojos, con el olfato y el oído, con la boca y la lengua, con la nariz, la palabra y el pensamiento, donde el ins­tinto erótico es determinante. Además, con el tacto, el abrazo y la caricia, el piropo y el ritmo sexual. Y, como acto sublime, con la penetración genital. Todo eso hay en la poesía erótico-amorosa de Pinedo. La cual, y como los ríos, que suelen ser pacientes o rumorosos, de aguas cristalinas donde se refleja el azul del cielo (en este río amoroso no existen corrientes turbulentas posibles de ocasionar desgracias o pe­sares y condolencias), con sus peces o metáforas que nadan ahítos de luz y de ternura, que saltan a la superficie como queriendo volar hasta el paroxismo del éxtasis o simplemente se refunden en las profundidades de la admiración. Por eso, en este vericueto amoroso no hay paz duradera, tampoco nostalgia perpetua, ni romance eterno. Todo, en su devenir, cambia de acuerdo a la estación. Y sólo la existencia temporal comparte el testimonio del amor, que también suele cambiar. De ahí que su metáfora no es una sola ni es unidimensional. Su variedad es tal como diversa es su significación.

4.3 LA GUERRA Y LA PAZ

Si miramos la política gubernamental peruana de los últimos 30 años, y tomamos al gobierno velasquista como punto de partida de esta sociedad capitalista dependiente en que vivimos, vemos que de la dictadura militar se ha pasado a la democracia formal y representativa, la que, siendo ya sinónimo de dictadura burguesa, con Fujimori, por ejemplo, tiene fuerte incidencia facista que no sólo reprime política y policialmente a las inquietudes laborales y regionales de reivindicación social, sino que ha desaparecido ya la estabilidad laboral y el aumento de sueldos y salarios acorde con la canasta familiar, mientras que la corrupción estatal y gubernamental, el enriquecimiento ilícito y desproporcionado de las autoridades políticas y civiles es cada día más intolerable. Esto, pues, tenía que expresarse en la poética peruana; más aun si concierne a un poeta de izquierda, como José Pinedo Pajuelo, que aunque nunca ha sido ni será ya militante partidario, su conciencia social no es ajena a este devenir político.
Pero, entonces, ¿por qué su poética, de ser beligerante, de cantarle a la guerra, le canta ahora a la paz con mayúsculas y minúsculas? ¿Acaso, Pinedo, como muchos otros ex militantes de hace 10 o 20 años, ha sido arrebatado por la vorágine de la represión y el miedo calumniante sin haber sido nunca ni siquiera amigo de terroristas y lo han hecho clau­dicar en su concepción política de izquierda? iNo! Sucede simplemente que su libertad partidaria y su afán vanguardista, consecuente con la época, le han enseñado que la guerra y la paz, como valores políticos y morales, pertenecen también a periodos de confluencia social y al flujo y reflujo de la lucha de clases. Y, por ende, que si bien, en periodos de paz, de democracia formal y representativa, no hay lucha de clases porque la insurgencia popular se restringe sólo a la movilización por mejoras económicas y políticas de menor cuantía, desapareciendo la violencia armada; precisamente porque la dictadura democrático burguesa tiene tinte facista por su política represiva, la lucha por la paz es también una arma política y moral que los gobernantes de turno no pueden exhibir con lujo de detalles, aunque hablen de ella permanentemente para beneficio de sus propios intereses.
Además, ¿qué guerra civil ha existido en el Perú? ¿Acaso la subversión terrorista no ha servido fielmente a los intereses económicos y políticos de la derecha, al masacrar a poblaciones andinas, matar a dirigentes sindicales, políticos y gremiales de izquierda y al ligarse con el narcotráfico y el terrorismo de Estado para desaparecer a la oposición política de los grupos reformistas? Sucede que la lucha revolucionaria ha sido tergiversada por la subversión terrorista maoísta desde la experiencia guerrillera de Luis de la Puente Uceda, y no aprenden que su fracaso histórico se debe precisamente a que creen que la lucha armada no la deben hacer la clase obrera y el campesinado, como sostiene el leninismo, sino la “vanguardia” política y militar de sus partidos; no por libre decisión de los obreros y campesinos que se han convencido de la necesidad histórica de la violencia armada, sino por el acuerdo partidario asumido al margen de la confrontación política y social, convirtiendo así en sus primeras víctimas a los obreros y campesinos que no comparten sus apetitos suicidas, porque el heroísmo revolucionario es otra cosa.
Ya dije que el estilo literario de José Pinedo Pajuelo es surrealista, de verso libre, donde el coloquialismo descriptivo avanza hasta la narración poética para usar el panfleto político y el costumbrismo turístico de flora y fauna. Pero el panfleto político no siempre ha sido ni debería ser necesariamente incendiario, sino, ahora más que nunca, programático y principista, como cuando dice que “La deuda externa nos está ahorcando y cada vez nos ahorca más/ pero para no morir ahorcados un día se levantara una voz y/ otra voz pero será una Voz valiente sincera honrada desinteresada/ y libertaria como la de San Martín, Bolívar Sucre, José Martí o como/ la de Ernesto Che Guevara y dirá Basta de Explotación y/ el pueblo por el pueblo se levantará y pondrá sus condiciones/ pero ya no seguirá de rodillas porque defenderá La Vida” (POEMA Con Sistema), y luego agrega: “Se dice que no hay plata y esto es falso pues la plata está/ en las ingentes sumas que se paga por la deuda externa Actuando/ en bien del Perú el PERU debe pagar sólo el 50% para cubrir las necesidades primordiales/ de salud educación agricultura transporte mejora de sueldos/ de los empleados públicos y cesantes y así evitaremos esa carrera alcista” (Ibid). Esta es indudablemente la primera y más importante propuesta política del siglo XXI, sostenida hasta por la Iglesia en la persona del ya desaparecido Papa Juan Pablo II , que promoverá la lucha antiimperialista.
4.4 LA VERTIENTE TURISTICA
Si bien, José Pinedo, el “cartero de la primavera”, no supo comprender el significado de la idiosincrasia popular que rescata y valora su ancestro cultural, hay en su poética, como reminiscencias de ella, un marcado afán turístico del costumbrismo de flora y fauna y de la cultura aborigen, que no promoverán en él una poética andina, pero sí será un ingrediente más de su estética personal. Esta peculiaridad que existe como un decorado más de su estilo literario, dice, por ejemplo, “LOS ÁRBOLES EN SANTO DOMINGO DE TAUCA/ con el sueño de estas piedras a la hora del café/ d los tamales o d las ocas entre deslizantes nubes/ alzan sus brazos bondadosos multiformes fantasmagóricos/ ora enmarcados en las raíces serenatistas del Marañón/ Los Árboles En Santo Domingo De Tauca/ así como un amigo al mediodía del cuy con papas o/ a la hora en que los cernícalos del monumento histórico / posan sus garras en el hueco del frío me hablan/ del hombre que pasa con su semana que no vuelve" (Poema del mismo nombre). Tal su vigencia y su sapiencia.
5 LA METAFORA DE SU VIDA
Hay, también, un intento de conceptualizar la poesía, de embarcamos a través de ella por las metáforas diversas de sus temas poéticos y, sobre todo, de sus significaciones; como si el poeta añadiera ciertas referencias para abrir otras puertas de su tesoro escondido. Desde aqué­lla frase en que dice ser un “poeta/ a puñetazos/ jugador/ protestatario/ de pictóricas palabras/ al servicio de la conjugación/ del AMOR” (Poema, dedicado a su madre), donde "recorrida por la académica geografía/ de la HUMANA POESIA/ que me visita cual antiguo sueño" ( Esta Noche Broncínea de Grillos), hasta afirmar que "La POESÍA es también Bonitas frases o Bonitos poemas/ como dices tú pero es TRABAJO” (POEMA Con Sistema), hay todo un proceso artesanal de concientización de la metáfora del poema, pues ya Javier Heraud dijo que la poesía es un trabajo de alfarero donde se pierde o se gana a través de los años. Y, José Pinedo, asumiendo este juego de azar, pero siempre apostando a ganador, "al servicio de la conjugación/ del AMOR", traza sus "pictóricas palabras" para concretizar la metáfora de su vida.
Pero ella no es ni debería ser de ninguna manera abstracta, sino tangible. Por eso, la mejor metáfora de su vida es aquélla donde se considera sólo un camino, un tránsito por donde los temas poéticos que ha desarrollado son sólo sentidos caminantes que siguen su propio ritmo de vida. Pues "yo soy un camino/ que cuando te miro o los dos nos miramos/ en la distancia de diferentes destinos/ hay un caminante con una esta­ca fulgente/ tras los dos lagos de tus ojos cancionísimos y/ que en la escalera de la palabra/ te deja en 76 letras la plenitud del libro"( Fragmento XVI del poema del mismo título), "porque DEMOCRACIA ES SERVIR A LA PATRIA/ Democracia no es abuso del Poder y llegar al Poder/ no es llenarse los bolsillos DEMOCRACIA NO ES INVADIR/ TERROTIRIOS NI BOMBARDEAR CIUDADES y es un CRIMEN / que por un sólo hombre se mate a ciento de hombres/ y niños DEMOCRAClA no es IRRACIONALIDAD" (Fragmento VI del mismo poema). Como se ve, pues, la metáfora valedera de su vida, es "la conjugación/ del AMOR en "la humana POESIA", y nada más.
NOTAS
“kurur", significa ovillo. Poemario publicado por las revistas Runakay de Guadalupe y La Achupalla Incendiaria de Trujillo, Octubre de 1979. Tiene poesía de Antonio Escobar, Noemí Arana y José Pinedo Pajuelo. Edición a mimeógrafo.
El poema "Pinceladas Amatorias" se publicó antes, fragmentado, en la Antología "Labios Abiertos" de Bethoven Medina, Abril de 1979. Y por primera vez, completo, en "Kurur".
La Achupalla Incendiaria. Editores, 1980
El Árbol que canta en tus ojos", José Pinedo Pajuelo, Arteidea Editores. Lima, Noviembre del 2005.
“Girando con mis labios las letras de tu piel”, José Pinedo Pajuelo, Primera Edición Runakay Editores, Junio de 1981; Segunda Edición, La Achupalla Incendiaria Editores, Abril de 1984.
“Pinceladas Amatorias: Fusión de lo erótico y lo social”, Juan Alberto Osorio, Crónica Cultural, p. 11, Nº 55, 13 de Septiembre de 1981”, Lima.
“Mi Anatomía”, José Pinedo pajuelo, Ediciones Isla Blanca, Noviembre de 1982, Colección “Vientos de la Isla”
“7 Poemas”, José Pinedo Pajuelo, La achupalla Incendiaria Editores, octubre del 2001.
“La Literatura y el Arte”, Lenin, Editorial Progreso, 1976, p. 119.
Fragmento VI de Pinceladas Amatorias.
Extracto del poema “Girando con mis labios la letras de tu piel”.
Extracto del poema “Los Pekines Históricos de Paz” del poemario “Girando con mis labios la letras de tu piel”.
Extracto del Poema “CAIA LA LLUVIA” del libro “El Árbol que canta en tus ojos”.


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