Antonio Escobar Mendivez
El hogar es fogón lleno de aromas,
maderas encendidas,
con rescoldo de pasos
y cariño.
Pasean por allí besos sonrientes,
sumándole más leños a sus llamas.
El corazón se nutre de su fuego,
incendiando de amor
sus laberintos.
Cada uno es un aire que lo atiza:
Los hijos, la mujer, los hijos de los hijos
y se convierte en árbol,
en mar lleno de peces,
en aves que se alejan y regresan.
Este fogón jamás será cenizas.
Sus brasas seguirán
siendo luceros.
martes, 28 de agosto de 2007
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