miércoles, 22 de agosto de 2007

MUCHACHITA TRAVIESA

Antonio Escobar Mendívez


En la orilla del crepúsculo,
muchachita traviesa,
encantadora,
comprendí tu lenguaje de sirena,
tu vuelo silencioso de paloma
y tus ojos guardando mi ternura.
Ahora compartimos arrozales,
el idioma común de tulipanes,
la dulzura sin fin de las ciruelas,
el canto esperanzado de los tordos,
melodía feliz de tu sonrisa.


Hoy delineas la dicha de los días
con el lápiz marrón de tu mirada
y el encanto de tu voz
de ruiseñor triunfante.
La vida va creciendo como la primavera
con tu bondad de agua
en la suave palpitación de las tardes hermosas.

Yo dibujo tu cuerpo con mis ojos
y con óleos de amor pinto tus sueños
y en un marco dorado,
esposa mía,
cuelgo en mi corazón,
tu retrato perenne,
tu paisaje.

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